La época de primavera en el Monte Everest, que tiene una altura de 8.848 metros, está llegando a su fin. En los últimos días, las cimas se han sucedido, alcanzando ya más de 400 ascensos. Según los datos de Alan Arnette en su blog, el 19 de mayo se contabilizaron 100 cimas, cifra que aumentó a 104 dos días después.
Lamentablemente, junto con el éxito de las ascensiones, también se han presentado situaciones trágicas. Se han reportado diversas muertes en la cima del planeta, incluyendo la desaparición de dos alpinistas de Mongolia, Tsedendamba y Lkhagvajav, el 13 de mayo cuando se encontraban a 7.900 metros de altura. Sus cuerpos sin vida fueron encontrados días después.
Recientemente, se confirmó la muerte del alpinista keniano Cheruiyot Kirui y la desaparición de su guía sherpa. Kirui, al igual que los alpinistas mongoles, ascendió la montaña sin utilizar oxígeno artificial.
Uno de los incidentes más trágicos ocurrió a raíz de un derrumbe catastrófico en el Everest, causado por la gran cantidad de alpinistas que se encontraban en la cumbre. Este derrumbe provocó la desaparición del alpinista británico Daniel Paul Paterson y su guía, Pastenji Sherpa, luego de haber alcanzado la cima el 21 de mayo.
La sobrepoblación en la cima, combinada con el derrumbe de una cornisa de hielo en el escalón Hillary, resultó en una situación crítica. Varios alpinistas se vieron involucrados en el desafortunado suceso, con solo algunos logrando ser rescatados. Los testimonios y videos recopilados muestran la gravedad de la situación.
Los atascos en el Everest no son una novedad en los últimos años. Se han producido situaciones similares en temporadas anteriores, mostrando la necesidad de gestionar de forma adecuada el flujo de alpinistas en la montaña para prevenir tragedias como las ocurridas recientemente. La masificación en la cima y la falta de espacio seguro para todos los escaladores han generado preocupación en la comunidad alpinista.
Es importante recordar que la seguridad y el respeto por la montaña deben ser prioritarios en cada ascenso. Cuidar de la naturaleza y de uno mismo es fundamental para evitar situaciones lamentables en el Monte Everest.