Cómo manejo un grupo de laboratorio virtual que es colaborativo, inclusivo y productivo

El Laboratorio de (Bio)Diversidad en el Antropoceno: un modelo de colaboración y mentoría científica innovador

Un grupo de investigadores del Laboratorio de (Bio)Diversidad en el Antropoceno asistiendo a una conferencia presencial.

Miembros del Laboratorio de (Bio)Diversidad en el Antropoceno, un laboratorio virtual fundado por Luisa Maria Diele Viegas, asisten a una conferencia presencial.Crédito: Luisa Maria Diele Viegas

Cuando terminé mi doctorado en marzo de 2019, estaba decidida a comenzar mi propia trayectoria como mentora y líder de laboratorio. Sin embargo, aproximadamente un año después de graduarme, llegó la pandemia de COVID-19, y todas mis actividades profesionales se trasladaron en línea. Fui invitada a dar charlas en eventos en línea y a dictar cursos de forma remota para varias universidades, atrayendo a estudiantes de doctorado y maestría que me pidieron que los guiara a lo largo de sus programas de posgrado.

Cuando regresamos a actividades presenciales, me encontré guiando a cinco estudiantes de doctorado y tres estudiantes de maestría en Brasil, mientras mantenía una posición de posdoctorado en la Universidad Federal de Alagoas en Maceió. Decidí conectar a todos a través de un laboratorio virtual, al que nombré Laboratorio de (Bio)Diversidad en el Antropoceno (abreviado como BioDivA Lab). Allí investigamos los impactos positivos y negativos de las relaciones sociedad-naturaleza en la biodiversidad, los sistemas ecológicos y humanos.

El laboratorio no tiene una dirección fija, ya que me desplazo entre diferentes instituciones como profesora visitante o posdoc. Aunque por ahora, algunos miembros del laboratorio y yo utilizamos una sala prestada de otro laboratorio en la Universidad Federal de Bahía (UFBA) en Salvador, Brasil. El BioDivA Lab ha crecido y ahora cuenta con 24 estudiantes trabajando con financiamiento de becas dedicado, algunos supervisados por mí y otros por científicos de otras instituciones. Además, veinte estudiantes más, principalmente de pregrado en la UFBA, son voluntarios en el laboratorio, y también hay 10 investigadores afiliados con su propio financiamiento y líneas de investigación.

El formato de laboratorio virtual me ha permitido romper con las limitaciones institucionales, permitiendo una mayor flexibilidad e inclusión. Ser parte de un laboratorio virtual permite a los BioDivers, como se llaman entre sí los miembros, avanzar en sus carreras y adquirir experiencia académica, desarrollar habilidades de mentoría y liderazgo y ampliar sus redes.

Pero, manejar un laboratorio virtual está lleno de desafíos prácticos. Aquí destaco cómo creé una cultura de laboratorio en un entorno virtual.

Una guía para el proceso

Para mí, un laboratorio es más que solo un espacio físico; es un entorno colaborativo en el que individuos con intereses científicos comunes se reúnen, bajo la orientación de un líder, para perseguir objetivos de investigación. El BioDivA Lab opera bajo una estructura organizativa descentralizada, donde los miembros del laboratorio están afiliados a diferentes instituciones académicas y financiados por diversas agencias federales y estatales. Algunos miembros también están asociados con otros laboratorios. Trabajan de forma remota desde diferentes lugares, utilizando herramientas digitales y plataformas en línea para colaborar y comunicarse de manera efectiva. Fomentamos la comunidad y la conexión a través de reuniones híbridas semanales, una mezcla de participación presencial y en línea, en las que discutimos proyectos en curso.

Se realizan talleres ocasionalmente durante estas sesiones, y organizamos grupos de discusión especializados para profundizar en temas específicos, como la etnoecología y la conservación, la gobernanza científica y la bioestadística. También hemos establecido un grupo de estudio sobre modelado de nicho ecológico, en el que exploramos investigaciones que pueden contribuir a estrategias de conservación de la biodiversidad e informar decisiones políticas.

Las reuniones semanales se programan al inicio de cada semestre académico, dependiendo de la disponibilidad de las personas. Además de estas reuniones, utilizamos WhatsApp como canal de comunicación, permitiendo a los BioDivers participar en conversaciones informales, compartir experiencias y buscar consejos. También se realizan reuniones uno a uno regularmente. Estas pueden ser presenciales o a distancia, y su frecuencia y duración dependen de cada miembro. Utilizamos este tiempo para discutir el progreso de la investigación, definir planes de acción y establecer metas tangibles.

Los objetivos del laboratorio también incluyen estimular el desarrollo de proyectos colaborativos entre los miembros y proporcionar recursos compartidos, como bases de datos, suscripciones a software y literatura bibliográfica. La flexibilidad de un espacio de trabajo virtual nos permite interactuar con miembros de diversas ubicaciones geográficas, promoviendo la inclusión y la accesibilidad. Nuestro grupo está distribuido en más de 3 millones de kilómetros cuadrados.

Nuestro financiamiento

Al igual que un laboratorio convencional, el BioDivA Lab recibe financiamiento a través de subvenciones de agencias gubernamentales, fundaciones privadas y organizaciones internacionales. Estas subvenciones cubren salarios, materiales de investigación, equipos y costos administrativos. Sin embargo, algunas agencias de financiamiento requieren un investigador principal con permanencia, por lo que no somos elegibles para postular. Superamos este desafío estableciendo colaboraciones con profesores permanentes de diferentes instituciones. Aunque significa que no seré la investigadora principal de un proyecto, estas colaboraciones son cruciales para adquirir recursos para el proyecto.

Para facilitar el acceso equitativo al equipamiento de laboratorio, operamos un sistema en el que los equipos se prestan a los estudiantes según sea necesario. La mayor parte del equipamiento del BioDivA Lab consiste en herramientas de trabajo de campo e instrumentos para estudios ecofisiológicos, como registradores de datos de temperatura y precipitación, termómetros infrarrojos, lámparas y cámaras, para poder enviarlos directamente a los estudiantes por correo o servicios de mensajería. Esto asegura que los estudiantes de diferentes regiones puedan acceder al equipamiento sin necesidad de estar físicamente presentes en el espacio del laboratorio en Bahía.

También buscamos colaboraciones con otras instituciones de investigación, organizaciones no gubernamentales y grupos comunitarios, para poder compartir expertise y recursos. Por ejemplo, colaboramos con la Asociación Brasileña de Ciencias Ecológicas y Conservación, y somos responsables de organizar la conferencia bianual de la asociación en septiembre de 2024.

Publicaciones

En el BioDivA Lab, publicamos de forma colaborativa, y el orden de autoría depende del nivel de contribución a un proyecto. La autoría principal se asigna a la persona que originó la idea del proyecto o actuó como mentor principal, que no necesariamente soy yo. Por ejemplo, este año hemos publicado dos artículos colaborativos1,2, y tenemos otros tres artículos aceptados para publicación, en los que al menos dos BioDivers están involucrados en cada caso.

Uno de nuestros proyectos involucra a dos estudiantes de pregrado, un estudiante de maestría, dos estudiantes de doctorado, un investigador posdoctoral y yo. Este proyecto comenzó con discusiones sobre intereses académicos entre los estudiantes de pregrado, donde se les animó a formular preguntas científicas. Reconociendo la proximidad temática entre sus temas propuestos, y alineándolos con la investigación previa de otros BioDivers, propusimos el proyecto colaborativo durante una reunión de laboratorio, y los interesados se unieron al proyecto. Tres manuscritos se están desarrollando a partir de este proyecto, dos liderados por estudiantes de pregrado y uno por un estudiante de maestría. Aunque soy la última autora de dos de estos manuscritos, el posdoc es el último autor del tercer manuscrito.

Confiamos en herramientas de gestión de proyectos como Slack y Trello para compartir el progreso de cada proyecto, y en espacios de trabajo en línea como Whimsical y Canva para crear mapas mentales para el pensamiento y la colaboración. También utilizamos Google Docs y Drive para compartir manuscritos en desarrollo, permitiendo una mejor co-escritura y revisión con autores que se encuentran en diversas ubicaciones. Hemos establecido pautas para el uso responsable de estos documentos compartidos, de modo que los colaboradores puedan contribuir en modo de sugerencia pero solo el líder del proyecto puede realizar ediciones finales. Este enfoque garantiza un proceso de publicación bien organizado y productivo.

En resumen, el BioDivA Lab representa un modelo dinámico e inclusivo de colaboración científica y mentoría en un entorno virtual. Al abordar las cuestiones prácticas descritas anteriormente, garantizamos el buen funcionamiento y éxito de nuestro laboratorio virtual, fomentando un ambiente dinámico.

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