Avances prometedores en la curación del glioblastoma
En los últimos años, se ha observado un incremento en los casos de curaciones consideradas milagrosas en pacientes con cáncer, gracias a terapias innovadoras como la CAR-T. Esta revolucionaria técnica ha permitido a muchas personas con tumores sanguíneos vivir por largos períodos de tiempo sin rastro de la enfermedad. Sin embargo, el desafío actual radica en extender este éxito a los tumores sólidos, siendo el glioblastoma cerebral uno de los más complicados y letales, con escasos avances en las últimas dos décadas.
El neurólogo Juan Manuel Sepúlveda, originario de Becerril de la Sierra, explica las razones por las cuales el glioblastoma es tan difícil de tratar. Las células cancerosas son muy similares a las células sanas, lo que dificulta el desarrollo de medicamentos efectivos que puedan penetrar el cerebro. A pesar de la cirugía y la radioterapia, las posibilidades de recaída son altas. Además, un tumor cerebral pequeño puede alterar significativamente la calidad de vida de una persona, limitando sus habilidades de comunicación y comprensión de manera severa.
Actualmente, Sepúlveda lidera un proyecto financiado por el Instituto de Salud Carlos III para llevar a cabo el primer ensayo clínico en Europa con una variante de CAR-T diseñada específicamente para combatir el glioblastoma. El objetivo principal es lograr la curación de este tumor, ya que a diferencia de otros tratamientos oncológicos, los CAR-T tienen un enfoque más definitivo en cuanto a su efectividad.
Los CAR-T son linfocitos que han sido modificados para identificar y atacar células tumorales específicas. Esto se logra infectando los linfocitos del paciente con un retrovirus inofensivo que les otorga la capacidad de reconocer las moléculas presentes en la superficie de las células cancerosas. Estos linfocitos modificados se cultivan en el laboratorio para crear un ejército celular capaz de localizar y destruir el tumor una vez se administran en el organismo.
Si bien los CAR-T han demostrado ser eficaces en tumores sanguíneos, los tumores sólidos presentan mayores desafíos debido a su diversidad y a las barreras que desarrollan para evadir el sistema inmunitario.
En este contexto, científicos como Luis Álvarez-Vallina del Hospital 12 de Octubre de Madrid han trabajado en desarrollar CAR-T especializados para atacar proteínas específicas presentes en el glioblastoma, como la p32. Estos avances han demostrado reducciones en el tamaño de los tumores en estudios con animales, abriendo la posibilidad de aplicar estas terapias en pacientes humanos.
En Estados Unidos, ensayos preliminares con CAR-T han arrojado resultados esperanzadores en pacientes con glioblastoma, reduciendo el tamaño de los tumores y manteniendo los efectos a lo largo del tiempo. Estos avances representan una oportunidad única para abordar tumores considerados incurables hasta el momento, como el glioblastoma.
Además, investigadores como Manel Juan del Hospital Clínic de Barcelona, han recibido financiamiento para llevar a cabo ensayos clínicos con CAR-T en gliomas pediátricos, una variante similar al glioblastoma que afecta a niños. Esta estrategia busca diversificar el ataque inmunológico al tumor y explorar combinaciones efectivas de tratamientos para aumentar las posibilidades de curación.
A pesar de estos avances prometedores, la implementación de terapias como los CAR-T en pacientes con tumores sólidos presenta desafíos en términos de costos y disponibilidad, lo que destaca la importancia de abordar estos aspectos desde un enfoque integral que involucre a la industria farmacéutica y a las políticas de salud pública.
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