La Iglesia y la Búsqueda de Diálogo en Colombia
En la historia reciente de **Colombia**, la **Iglesia católica** ha desempeñado un papel importante como mediadora. Ha trabajado en muchas ocasiones para facilitar el diálogo entre grupos con diferentes opiniones, especialmente en situaciones de crisis política. Un ejemplo claro de esto fue en 2016, cuando el Papa Francisco reunió a los expresidentes **Álvaro Uribe** y **Juan Manuel Santos** en el Vaticano, en un intento de encontrar un terreno común sobre el proceso de paz con las **FARC**.
Recientemente, el **cardenal Luis José Rueda** ha hecho otro esfuerzo para promover el diálogo. Después de un ataque contra el precandidato opositor **Miguel Uribe Turbay**, logró reunir al presidente **Gustavo Petro** y al presidente del Senado, **Efraín Cepeda**, quien representa la derecha. También asistieron líderes de varias instituciones importantes, además de representantes de diversas **cortes**. Como resultado, se emitió un comunicado breve donde los firmantes expresaron su compromiso de escucharse y respetarse mutuamente, y rechazaron la violencia en todas sus formas.
Esta reunión, que tuvo lugar en un almuerzo con quince personas en la **curia**, ocurrió un día después de la **Marcha del Silencio**. Este evento, que reunió a muchas personas en varias ciudades, fue en apoyo a la recuperación de Uribe Turbay, quien sigue en estado crítico en la clínica **Santa Fe** de Bogotá. Sin embargo, los manifestantes no solo guardaron silencio, sino que también mostraron su descontento hacia Petro, señalando que su retórica había contribuido a un ambiente político tenso. Algunos incluso mencionaron que esta atmósfera podía estar relacionada con el ataque al político del partido **Centro Democrático**.
La forma de comunicarse de Petro ha sido considerada incendiaria. Durante un acto el 1 de mayo, defendió la idea de una «guerra a muerte» y se refirió a Cepeda de manera despectiva por su oposición a la reforma laboral. A su vez, Cepeda ha declarado que la **democracia** colombiana enfrenta un grave riesgo debido a las acciones de Petro. Este conflicto ha llevado a que Cepeda y otros liderazgos políticos se nieguen a dialogar con el presidente y no reconozcan al Gobierno como garante del próximo proceso electoral, que se llevará a cabo en 2026.
La tensión se incrementó aún más cuando el presidente firmó un decreto para convocar a una consulta popular, a pesar de que el Senado no había dado su aprobación, un requisito fundamental. Esta decisión fue criticada no solo por partidos de oposición, sino también por juristas y organizaciones que defienden la **justicia**. Para el martes pasado, ya se habían presentado 44 acciones en contra del decreto ante el **Consejo de Estado**.
El papel de las **altas cortes** es crucial en este momento. El presidente de la **Corte Constitucional**, **Jorge Enrique Ibáñez**, ha sido llamado a analizar el decreto. En un foro reciente, expresó que las autoridades deben promover la convivencia pacífica y no generar división entre los ciudadanos. Esta postura sugiere una preocupación sobre el enfoque del presidente en los últimos meses.
Las relaciones entre el Gobierno y las cortes han sido tensas, aunque diferentes a las disputas con el Legislativo. Petro ha criticado algunas decisiones del Consejo de Estado y ha instado a la protesta frente a la **Corte Suprema**. Las cortes han respondido a estas críticas, reafirmando su independencia y trabajo judicial. Con la consulta popular, la atención está en cómo las cortes actuarán, especialmente si el Senado no aprueba la reforma laboral y Petro decide anular su decreto.
En resumen, estos eventos subrayan la importancia de la mediación de la Iglesia y la necesidad de fomentar el **diálogo** en medio de la polarización.