Sin novias ni amigas: solo trabajadoras sexuales | Opinión

Reflexiones sobre el lenguaje y la prostitución en España

En nuestra sociedad, muchos intentan encontrar las razones del uso del lenguaje en relación con la **prostitución**. Algunos argumentan que esto se debe a que España es el país más **prostituto** de Europa, mientras que otros culpan al **heteropatriarcado** o a la riqueza del idioma **español**. Sin embargo, la manera en que describimos estos temas dice mucho sobre nuestra **cultura** y actitudes. Según la artista Joana Baygual, en su libro Puta, un diccionario ilustrado, hay más de 101 formas diferentes de referirse a las prostitutas en español.

A pesar de esto, algunos medios y periodistas siguen utilizando términos como “**amigas**” o “**novias**” cuando se refieren a personas involucradas en la **prostitución**. Aunque espero que esto no se deba a una falta de respeto, un colega me comentó que prefiere no llamarlas prostitutas porque “quizá no se sienten así”. Este argumento me resultó sorprendente, ya que me recordó a las excusas que se usaban en el pasado para evitar llamar a las cosas por su nombre.

Por otro lado, otros utilizan términos más genéricos, como “**mujeres**”. Por ejemplo, Rosa Villacastín en una publicación reciente expresó su indignación al escuchar a **Ábalos** y **Koldo** hablando de “mujeres”, pero es importante señalar que, en realidad, estaban hablando de **prostitutas**. Hablar de ellas de esa manera es problemático y, de acuerdo con el enfoque abolicionista que algunos defienden, esto puede llevar a una **explotación** más grave.

Lo curioso es que parece que muchos se ofenden más por el lenguaje usado que por las acciones en sí. Hace unos años, tuve que defender que nuestra sociedad presenta rasgos **eugenésicos** debido al alto número de abortos de niños con síndrome de **Down**. El colega se enfocó más en el nombre que en el fenómeno en cuestión, algo que se ha vuelto común en la discusión actual sobre este tipo de temas.

Recientemente, el presidente del Gobierno, **Pedro Sánchez**, escribió una carta en la que condenaba el machismo presente en algunas declaraciones de sus colaboradores. Sin embargo, hasta ahora no se ha pronunciado sobre el uso de dinero público para pagar a **prostitutas** ni ha ofrecido una disculpa a quienes se sienten afectados por estas acciones. Las voces de las **abolicionistas** del PSOE, como **Carmen Calvo** y **Adriana Lastra**, son relevantes aquí, ya que han luchado para detener la **explotación** de mujeres. ¿Quién supo y decidió callar sobre estas cuestiones? Es fundamental cuestionar las prioridades del partido en relación a estos problemas.

En resumen, el hecho de que aún no sepamos quién es **M. Rajoy** es una vergüenza, pero también lo es que **Pedro Sánchez** no haya dado explicación sobre la destitución de **Ábalos**. Es hora de hablar claramente sobre estos temas y dejar de lado el lenguaje evasivo.

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