Han pasado 8.750 días para que el Oviedo superara el peso de un descenso. Casi 24 años desde aquel partido en Son Moix contra el Mallorca, que marcó la caída de un club histórico hacia lo más bajo del fútbol. Diez años y un día después de subir al fútbol profesional en Cádiz ante el mismo rival, pero en el Carlos Tartiere, los carbayones vuelven a la élite, agradeciendo al Deportivo de la Coruña el apoyo fundamental en este camino. Asturias vuelve a Primera división y los aficionados del Oviedo sueñan con dejar huella en la mejor Liga del mundo.
Crisis y Resiliencia
Los problemas económicos han sido enormes, pero los deportivos no se quedan atrás. El club necesitaba regresar a la élite para continuar existiendo, y no solo se quedó estancado en la Segunda B, sino que sufrió un descenso a Tercera división. No fue hasta 2008 cuando comenzó la recuperación, ascendiendo, curiosamente en Son Moix contra el Mallorca B.
Una histórica ampliación de capital en 2012, que dejó a Carlos Slim como máximo accionista, marcó el inicio de la recuperación económica. De ahí llegaron también los logros deportivos. En el Ramón de Carranza, un cabezazo de David Fernández selló el regreso al fútbol profesional y el sueño de volver a Primera.
Hace tres años, el Grupo Pachuca asumió el control del equipo, y las mejoras fueron evidentes en todos los aspectos. El año pasado, llegaron a la final del playoff contra el Espanyol y, con esfuerzo, lograron el ascenso en esta ocasión.
Triunfo con Cazorla
Bajo la dirección de la leyenda Santi Cazorla, los jugadores del Oviedo mostraron una increíble capacidad de resistencia. Al principio de la temporada, Javi Calleja era el entrenador, pero fue despedido a falta de diez jornadas, con el equipo en la sexta posición. Muchos vieron un error en la llegada de Veljko Paunovic, pero sus números son innegables: se mantuvo invicto, con siete victorias y tres empates, cerrando su primera experiencia en España con un ascenso que le quita la espina de haber descendido en 2001.
Tras su último ascenso a Primera en la temporada 1987-88, los carbayones pasaron 13 temporadas en la máxima categoría y llegaron a jugar en Europa. Ahora, la nueva generación que nunca vio a su equipo en lo más alto anhela una etapa gloriosa.