Investigación sobre Inestabilidad Genómica en Cáncer
Los biólogos Geoff Macintyre y Bárbara Hernando están acostumbrados a trabajar con el desorden. Su área de estudio consiste en examinar el núcleo de las células tumorales, donde se producen grandes problemas genéticos, una condición llamada inestabilidad genómica. Esto implica daños severos en el ADN que no ocurren en las células saludables y que, por motivos que aún no se comprenden por completo, hacen que el cáncer se desarrolle más rápidamente. Esto es especialmente complicado cuando el tumor se extiende a otros órganos, causando metástasis, que es responsable de 9 de cada 10 muertes por cáncer.
Este lunes, Macintyre, Hernando y otros investigadores de España y el Reino Unido darán a conocer un nuevo estudio sobre la inestabilidad genómica que podría ayudar a predecir qué pacientes no mejorarán con tres tipos de quimioterapia.
“La quimioterapia es un tratamiento muy efectivo cuando funciona”, dice Macintyre, quien trabaja en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO). Sin embargo, menciona que hasta un 50% de los pacientes no responden a estos tratamientos y, a pesar de ello, sufren los efectos secundarios.
Los científicos han identificado biomarcadores dentro de la inestabilidad genómica que pueden señalar si las células cancerosas serán sensibles a tratamientos con platino, taxanos y antraciclinas, los cuales son grupos importantes de quimioterapia. Han analizado datos de más de 800 pacientes con tumores de ovario, mama, próstata y sarcoma. Este trabajo se publicará este lunes en Nature Genetics.
Macintyre aclara que el objetivo es prever qué pacientes serán resistentes a estas medicamentos, ayudando a evitarles efectos tóxicos innecesarios. Hernando agrega que este análisis es especialmente crucial para pacientes con tumores avanzados que cuentan con pocas opciones de tratamiento. La información genética de sus tumores puede revelar qué medicamentos no funcionarán, lo cual podría guiar a los oncólogos a elegir tratamientos más efectivos. “Este enfoque podría facilitar una mejor selección de tratamientos y mayor seguridad para los pacientes”, comenta Hernando.
El equipo ha trabajado en crear el mayor atlas de aberraciones genómicas del cáncer, publicado en 2022, el cual incluye datos de más de 9,000 tumores, mostrando la diversidad de daños genéticos que generan diferentes tipos de cáncer. El significado de estas investigaciones es entender mejor el desorden del cáncer y desarrollar tratamientos más individualizados que se puedan utilizar en etapas tempranas, lo que podría mejorar el pronóstico de los pacientes.
El 2 de diciembre de 1943, las bombas alemanas cayeron sobre Bari, Italia, causando más de 1,000 muertes entre soldados aliados. Este evento, conocido como el “pequeño Pearl Harbor”, tuvo una consecuencia sorprendente: las explosiones liberaron gas mostaza, afectando a muchos sobrevivientes y matando células de su médula ósea. Este descubrimiento fue fundamental para el desarrollo de la quimioterapia moderna. Macintyre argumenta que, por primera vez, las pruebas de inestabilidad genómica podrían ayudar a dirigir estos tratamientos de manera más efectiva.
Sin embargo, este proyecto plantea preguntas éticas, advierte el investigador. “Normalmente, los médicos administran quimioterapia sin saber si el paciente responderá. Con un sistema predictivo, surge el dilema de si administrar o no el tratamiento”, explica. En lugar de realizar un ensayo clínico tradicional, analizan datos de miles de pacientes ya tratados para simular un estudio de este tipo.
El equipo está colaborando con el Hospital 12 de Octubre para validar el test, analizando datos de pacientes tratados con varias quimioterapias. Además, han creado una empresa biotecnológica para comercializar tests de inestabilidad genómica, con un financiamiento de 1.3 millones de euros de la Unión Europea y el Gobierno de España.
Rebeca Lozano, secretaria científica de la Sociedad Española de Oncología Médica, considera que este estudio es “interesante”. Un test de este tipo podría informar qué quimioterapia no funcionaría, lo que sería de gran ayuda para muchos pacientes en España y otros países.