El crimen de un portero

Un trágico suceso en el fútbol

En diciembre de 2005, el Real Madrid recibió la visita de Peter Burgstaller, un hombre nacido el 13 de febrero de 1964. Este presidente de la empresa BSP-Management Austria quería aprovechar su experiencia en la organización de eventos deportivos tras su carrera como portero. Burgstaller había sido un buen jugador en su país, Austria, y había defendido la portería del Austria Salzburgo entre 1988 y 1991. Este club ahora es un rival del Real Madrid en el Mundial de Clubes.

Su amor por el fútbol lo llevó a crear una empresa que se encargara de organizar eventos. En noviembre de 2007, Burgstaller viajó a Durban para asistir al sorteo de la fase de clasificación para el Mundial de Sudáfrica. Había planeado varias reuniones para avanzar en proyectos durante la copa que se celebraría tres años después.

El 23 de noviembre, Burgstaller llegó a Durban, se alojó en su hotel y reservó un tee time para jugar al golf. Horas después, la policía recibió un aviso sobre un hombre blanco que había sido tiroteado, resultando ser Peter Burgstaller. Fue declarado muerto en el lugar con dos disparos fatales que afectaron sus pulmones y corazón.

Los testigos del crimen

Un cuidador del campo de golf fue testigo del incidente y alertó a la policía sobre los hermanos Mthokozisi, Masni y Simo. Su declaración llevó a una investigación que descubrió que Burgstaller había sido asesinado cerca del hoyo 12 en el Selborne Golf Estate, en KwaZulu-Natal. El motivo del crimen fue el robo de su cartera y su teléfono.

Tras el asesinato, el mayor de los hermanos, Msani, intentó vender el teléfono para conseguir dinero. Él alegó que encontró el teléfono en el suelo mientras iba a recoger leña, y se lo regaló a su hermano menor. Este último también mantuvo que no sabía nada del asesinato, afirmando que el teléfono le fue regalado.

El juez Vuka Tshabalala.

El juez Vuka Tshabalala.

Poco después del asesinato, la policía recuperó el teléfono y encontró a Msani en posesión de una pistola calibre 9 milímetros, compatible con las balas que mataron a Burgstaller.

Dos años después, comenzó el juicio, atrayendo mucha atención mediática. Msani se convirtió en una figura controversial, rechazando dos abogados al mencionar que no comunicaban sus deseos correctamente. Esto produjo tensiones en el juicio, y el juez Vuka Tshabalala tuvo que lidiar con múltiples interrupciones.

El 2 de noviembre de 2009, el juez dictó una sentencia de cadena perpetua para Msani, 15 años por robo y 20 años para Simo por asesinato, al ser considerado influenciado por su hermano mayor. Msani reaccionó de manera furiosa, acusando al juez de corrupción.

El juez argumentó que Msani era un reincidente y que su reintegración a la sociedad era poco probable.

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