La Crisis Silenciosa de los Fresnos en Europa
En España y el resto de Europa, se está viviendo una crisis ambiental. La mayoría de los fresnos, árboles emblemáticos de la región, se encuentran en un estado crítico. Un hongo invasor, que procede de Asia, se está extendiendo rápidamente por el continente, causando la muerte de hasta un 80% de estos árboles, que ahora son simples ramas secas.
El filósofo Miguel de Unamuno fue uno de los primeros en hablar sobre la conexión entre la naturaleza y la cultura de un pueblo. Él mencionó que una persona «tenía la elegancia del fresno». Ahora, un nuevo estudio promete esperanza en la lucha por salvar a estos árboles, sugiriendo la plantación de millones de ellos.
El genetista Miguel Nemesio Górriz fue el primero en detectar la enfermedad de los fresnos en España en agosto de 2021, específicamente en Asturias. Se mostró sorprendido al ver la iglesia prerrománica de San Miguel de Lillo rodeada de árboles ya moribundos. Las alarmas saltaron al darse cuenta que esta situación podría llevar a la extinción de muchas otras especies relacionadas, tal como ocurrió con la grafiosis, una enfermedad devastadora que ha afectado a millones de olmos durante décadas.
El hongo responsable de esta catástrofe, conocido como Hymenoscyphus fraxineus, se identificó por primera vez en Europa en 1992, en Polonia. Se cree que llegó con una plantación de fresnos de Manchuria. Con el tiempo, ha logrado expandirse a 32 países europeos debido a su capacidad de moverse hasta 100 kilómetros al año impulsado por el viento.
Un informe reciente sobre los árboles en los parques nacionales de España muestra un panorama alarmante. En los Picos de Europa, muchos fresnos están muertos o a punto de morir. Se espera que, debido a este hongo, la población de fresnos en Gran Bretaña será diezmada en un 70-80%.
Los expertos admiten que controlar el hongo es casi imposible una vez que se ha establecido, y que lo único que se puede hacer es convivir con la enfermedad. Sin embargo, algunos técnicos están buscando fresnos que puedan ser resistentes al hongo, ya que se estima que entre el 1% y el 5% de cada población podría tener alguna forma de resistencia.
Miguel Nemesio Górriz, que ahora trabaja en la empresa pública Tragsa, también fue clave en la investigación sobre cómo el hongo afecta a los fresnos en Irlanda. En ese país, la llegada del hongo fue notoria, ya que es un árbol común y su caída es visible. En cambio, en España, los fresnos están en áreas menos accesibles, lo que ha dificultado que el público se dé cuenta de la gravedad del problema.
Recientemente, un estudio del Gobierno de Navarra confirmó la expansión del hongo desde Francia, llegando a los Pirineos. Aunque en muchas zonas los daños son bajos por el momento, los expertos creen que la situación se está extendiendo más de lo esperado.
El estudio que se publicará este jueves analiza el perfil genético de los fresnos que logran sobrevivir a esta plaga. Se han evaluado 600 ejemplares en un bosque antiguo de Inglaterra, donde un tercio de los árboles jóvenes murieron en un año. Los investigadores han encontrado que los sobrevivientes poseen un perfil genético complejo que ha evolucionado rápidamente, lo que significa que estos árboles tienen una adaptabilidad interesante.
Finalmente, hay varios programas en marcha en Europa para mejorar la genética del fresno y reproducir árboles que sean más resistentes a la enfermedad. El impacto de la desaparición de estos árboles es profundo, afectando tanto al medio ambiente como a la cultura de las regiones que los albergan. Unamuno resumió este vínculo de manera poética al afirmar que la naturaleza ha sido parte esencial de la identidad de su pueblo.