Inicio del Juicio del Siglo en Portugal
El juicio del siglo comenzó este jueves en Lisboa, concretamente en el Tribunal Criminal Central. Treinta minutos antes de empezar, el principal acusado, el ex primer ministro socialista José Sócrates, llegó solo al Campus de la Justicia. Esta escena contrastaba con la de hace 16 años, cuando era visto como un líder reformista y decidido. En aquel entonces, Sócrates asistió al campus acompañado de su ministro de Justicia para inaugurar un lugar que albergaba 21 juzgados en el Parque de las Naciones, un área de Lisboa que se revitalizó tras la Exposición Universal de 1998. Aunque muchos jueces se opusieron a esta medida, las protestas no tuvieron efecto, y Sócrates defendió el campus como un avance para la justicia y el país.
Este jueves, se sentó en una de estas salas junto a otros acusados para enfrentar 22 delitos que incluyen corrupción, blanqueo de capitales y fraude fiscal ante un tribunal de tres magistradas: Rita Seabra, Alexandra Pereira y Susana Seca. Sócrates ha impugnado a Susana Seca, argumentando que el tribunal fue designado ad hoc para perjudicarlo, lo que, según él, afecta a la justicia.
Antes de entrar al tribunal, algunos periodistas le hicieron preguntas. Reiteró sus argumentos presentados en Bruselas, donde había denunciado al Estado portugués ante el Tribunal Europeo de los Derechos Humanos, alegando que el proceso de la «Operación Marqués» está lleno de irregularidades y es una persecución política.
José Sócrates ha estado preparando su defensa durante diez años y ha contratado a bufetes reconocidos, incluyendo uno belga que representó a Julian Assange. Frente al edificio judicial, comentó: «Hace cuatro años salí de este tribunal sin acusaciones, y ahora me están obligando a regresar por las mismas acusaciones». En 2021, el juez Ivo Rosa desechó 171 de las acusaciones, dejando a Sócrates con tres, sin relación a la corrupción. Esta decisión es lo que el ex primer ministro utiliza para cuestionar las decisiones posteriores del Tribunal de la Relación, que aumentaron de nuevo los cargos en su contra.
La Fiscalía acusa a Sócrates de haber recibido 34 millones de euros en sobornos de empresas que se beneficiaron durante su mandato. Uno de los implicados es el Grupo Espírito Santo, un conglomerado empresarial que operaba en varios países. Su líder, Ricardo Salgado, está también en el juicio, aunque no asistirá debido a una enfermedad que mencionó su abogado en su defensa.
Junto a Sócrates están su amigo y supuesto testaferro, Carlos Santos Silva, el exministro Armando Vara y exgestores de Portugal Telecom. La mayoría de ellos ha optado por guardarse sus comentarios, salvo Sócrates, que afirmó que se expresaría durante la primera sesión. Sin embargo, esa mañana estuvo llena de incidentes entre él, su abogado y la presidente del tribunal. Además de impugnar a la jueza y a dos fiscales, su defensa intentó obstaculizar el juicio, lo que llevó a la magistrada a advertir al ex primer ministro por ir al baño sin permiso y exigir el turno de palabra.
Durante el receso para almorzar, Sócrates habló nuevamente con la prensa, criticando al tribunal y acusando a la jueza de ignorar las acciones de su defensa. Mencionó que su lucha es para que el juicio no se lleve a cabo, señalando que se basa en «trampas». «No es razonable que un Estado de derecho presente tres acusaciones diferentes en un lapso de diez años», agregó antes de irse a almorzar.
A diferencia de Sócrates, los demás acusados, incluyendo su chofer João Perna, se mantuvieron en silencio. El juicio, al que asistirán 650 testigos, se extenderá por varios meses, con cinco sesiones programadas antes del receso judicial.