La Crisis Diplomática entre Estados Unidos y Dinamarca
La relación entre Estados Unidos y Dinamarca está atravesando su peor momento en años. Donald Trump ha dejado claro que tiene la intención de adquirir el control de Groenlandia, que es una parte de territorio ártico que le pertenece mayoritariamente a Dinamarca.
Claus Hjort Frederiksen, un exministro danés de Defensa, ha expresado su gran preocupación por las acciones de Trump. Comentó que “es doloroso pensar que todo lo que se ha hecho junto a EE. UU. en conflictos como los de Afganistán o Irak ya no tiene valor. De repente, ya no contamos”, afirmó Frederiksen.
Estados Unidos y su impacto en Dinamarca
Una encuesta reciente reveló que solo el 20% de los daneses tiene una opinión positiva sobre Estados Unidos, en comparación con el 48% del año anterior. La misma encuesta muestra que un 41% considera que las decisiones de EE. UU. representan una amenaza para Dinamarca.
La tensión aumentó cuando Trump insistió de nuevo en la posibilidad de comprar Groenlandia, incluso sugiriendo el uso de la fuerza. Durante la visita del vicepresidente estadounidense a Groenlandia, J.D. Vance, criticó a Dinamarca por «no hacer un buen trabajo» en el territorio.
Un desacuerdo profundo
La primera ministra danesa, Mette Frederiksen, ha comentado que hay un “desacuerdo fuerte y fundamental” entre ambos países, aunque este tema no fue tratado en la última reunión de la OTAN.
La voz de Groenlandia
Sin embargo, los daneses creen que Trump está buscando maneras de tomar el control de Groenlandia. Desde el partido socialdemócrata danés, Christian Rabjerg Madsen, manifestó que “el futuro de Groenlandia no se decidirá ni en Copenhague ni en Washington. Lo decidirá el pueblo groenlandés en Groenlandia”.
Por su parte, el presidente de Francia, Emmanuel Macron, ha respaldado esta idea, afirmando que “Groenlandia no se compra ni se controla”. Además, advirtió que cualquier intento de anexión podría amenazar la alianza transatlántica y las relaciones comerciales entre Europa y América, durante su visita a Nuuk, la capital de Groenlandia.