Crítica al Rechazo del Decreto Antiapagones
Es hora de reconocer que la reciente negativa del Congreso al decreto antiapagones no solo representa un obstáculo en la transición energética, sino que también es una oportunidad desperdiciada. Esto resalta la desconexión de la clase política respecto a las verdaderas preocupaciones de la ciudadanía, que observa un debate energético sin respuestas claras.
Sin embargo, no podemos quedarnos lamentándonos ni esperar que la situación mejore sola. Aunque el decreto tenía sus fallos y mantenía mucho poder en manos de las grandes empresas energéticas, la propuesta rechazada el miércoles era un paso necesario hacia un sistema energético 100% renovable.
Sinceramente, estamos en un complicado laberinto de decisiones difíciles, donde diferentes grupos de interés parecen estar en conflicto. Las decisiones suelen favorecer a algunos sectores más que a otros, y necesitamos avanzar, tomando decisiones claras y mantenido en mente el objetivo común: descarbonizar nuestro sistema de la manera más justa y eficiente posible, ya que la crisis climática no espera y necesitamos actuar para evitar peores consecuencias.
Es inaceptable que los intereses políticos de diferentes grupos interfieran en la necesidad de reformar a fondo el sistema energético, que es vital para los servicios básicos de la ciudadanía. Debemos diseñar estrategias para enfrentar el mayor desafío de nuestra generación: el cambio climático. Aunque ningún decreto o reforma abordará todos los aspectos necesarios, ya que se ha comenzado a discutir los cambios que urgentemente se requieren, es tiempo de entrar en ese debate y ser valientes.
Superada la frustración por lo sucedido el miércoles, es hora de enfocarnos en soluciones. Desde Greenpeace, sostenemos que el RDL proponía pasos hacia un sistema totalmente renovable, justo y eficiente. A continuación, presentamos algunas recomendaciones para recuperarlo y mejorarlo.
Consideramos que la democratización de la energía es esencial. La propuesta no aprobada contenía medidas para acelerar el autoconsumo y el desarrollo de comunidades energéticas, mientras que seguimos atrapados en un modelo energético de hace más de un siglo. Necesitamos limitar el poder de las grandes compañías.
Una de las áreas que también necesita atención es el almacenamiento de energía. Este decreto, en su búsqueda por un sistema más eficaz, promovía el uso de baterías de almacenamiento junto con plantas de energía solar. Sin embargo, existe la preocupación de que el Gobierno esté diseñando un mercado energético que favorezca las plantas de gas en lugar de priorizar la energía renovable.
Propuestas de Mejora
Debemos tratar la energía como un recurso escaso. Algunas maneras de mejorar el RDL incluyen estandarizar la carga bidireccional para vehículos eléctricos, regular la agregación de demanda para pagar menos en momentos de alta demanda, o acelerar las conexiones internacionales que optimicen la energía renovable a nivel europeo.
Es fundamental que nuestros representantes políticos trabajen en pro del bienestar social, y no cedan ante la presión de las grandes empresas. La ciencia nos advierte sobre las graves consecuencias del cambio climático, y sin acción decidida, los problemas se intensificarán.
Si no actuamos, fenómenos como los que hemos visto en Valencia podrían volverse comunes. Frenar el cambio climático debe ser una prioridad en todas nuestras políticas. Necesitamos un consenso amplio que permita la creación de leyes audaces que transformen nuestro sistema energético, hoy mayoritariamente fósil y controlado por unos pocos, en uno más limpio y transparente.
Discutamos lo que realmente importa y sigamos avanzando hacia un acceso a servicios energéticos renovables y suficientes, que nos permitan llevar una vida digna. No podemos detener las reformas necesarias que, a pesar de sus limitaciones, nos acerquen a la transición energética que merecemos.