Presos políticos en Nicaragua sufren graves condiciones de salud en las cárceles del régimen de Ortega
Marcos Antonio Sánchez Hidalgo ha sufrido dos derrames cerebrales en menos de 15 días mientras estaba en la cárcel del Sistema Penitenciario La Modelo. Sus compañeros de prisión han tenido que ayudarle a moverse debido a las secuelas que le dejaron los derrames, como problemas para caminar y la parálisis de una de sus manos.
Familiares y compañeros de cautiverio de Sánchez Hidalgo han denunciado que las autoridades penitenciarias no le han brindado la atención médica necesaria, a pesar de su grave estado de salud. Esto se suma a la angustiosa situación de otros presos políticos en las cárceles nicaragüenses.
Otros casos como el de Marvin Vargas, diagnosticado con cáncer de próstata, o Walter Balmaceda, con una enfermedad crónica sin tratar, demuestran la falta de atención médica especializada en las prisiones del régimen de Ortega. Los familiares de Ricardo Cortez Dávila, quien perdió la vista durante su encarcelamiento, también han alzado su voz contra estas condiciones inhumanas.
Organizaciones como la Unidad de Defensa Jurídica han solicitado medidas cautelares a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para garantizar la vida e integridad de presos políticos en Nicaragua. Sin embargo, denuncian que el Estado no ha respondido a estas solicitudes de ayuda.
Los familiares de los presos políticos claman por ayuda
Los familiares de los presos políticos en Nicaragua expresan su desesperación ante la falta de atención y la situación precaria en la que se encuentran sus seres queridos. Denuncian que la falta de visibilidad de estos casos ha llevado al «olvido» por parte de la sociedad y las organizaciones internacionales.
A pesar de la liberación de algunos presos políticos con mayor exposición mediática, el régimen de Ortega ha continuado deteniendo a personas consideradas críticas o contrarias al gobierno, sumando más casos de detenciones arbitrarias.
Los familiares hacen un llamado a la comunidad internacional para unirse a su clamor de libertad y justicia para los presos políticos en Nicaragua, señalando que la enfermedad y las condiciones carcelarias están afectando gravemente a sus seres queridos.
La Unidad de Defensa Jurídica ha documentado un empeoramiento de las condiciones en las cárceles nicaragüenses, con prácticas como la desaparición forzada, la presencia de plagas en las celdas y la falta de acceso a agua potable limpia. Además, denuncian el uso de torturas psicológicas y extorsiones a los familiares de los presos políticos.
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