El fascinante mundo de los virus domesticados en las avispas parásitas
Si se perfora el ovario de la avispa Microplitis demolitor, es posible observar una gran cantidad de virus brillantes en su interior, pareciendo pasta de dientes azul iridiscente. Este fenómeno es asombroso y hermoso, según el entomólogo Gaelen Burke de la Universidad de Georgia.
La M. demolitor es un parásito que deposita sus huevos en orugas. Así, las partículas de virus en sus ovarios son virus «domesticados» que han sido adaptados para coexistir inofensivamente en las avispas y servir a sus propósitos. Estos virus se introducen en la oruga a través del aguijón de la avispa, junto con sus propios huevos. Los virus luego liberan su contenido en las células de la oruga, entregando genes que son diferentes a los de un virus normal. Estos genes suprimen el sistema inmunitario de la oruga y controlan su desarrollo, convirtiéndola en un vivero seguro para las crías de la avispa.
El mundo de los insectos está repleto de avispas parásitas que se alimentan de otros insectos durante su infancia. De alguna manera desconocida para los científicos, estas avispas han adoptado virus salvajes y los han domesticado, convirtiéndolos en armas biológicas. Se han descrito al menos seis ejemplos de esta simbiosis, y se cree que existen muchos más.
Los virus en fase de domesticación en las avispas están siendo investigados para comprender mejor este proceso. Los bracovirus son un ejemplo notable de virus domesticados por las avispas, descendiendo de un virus que infectó a una avispa hace unos 100 millones de años. Estos virus son parte integral de las avispas, transmitiéndose de generación en generación.
Es interesante observar cómo las avispas han evolucionado para controlar sus virus domesticados y utilizarlos como armas biológicas para proteger a sus crías. En resumen, las avispas han logrado domesticar estos virus, castrándolos y controlando dónde y cuándo se producen las partículas virales dentro de sus cuerpos.
A medida que los virus evolucionan con las avispas, se observa una pérdida de genes virales clave y una adaptación de los virus para servir exclusivamente a las necesidades de las avispas. Estas relaciones simbióticas entre las avispas y los virus domesticados son fascinantes y representan una interesante área de estudio en la biología.
En conclusión, las avispas parásitas han desarrollado una increíble capacidad para domesticar virus salvajes y convertirlos en armas biológicas para proteger a sus crías. Este proceso evolutivo demuestra la complejidad y sofisticación de las interacciones entre los insectos y los virus en la naturaleza.