Reflexiones sobre la Sedición y el Liderazgo
Gustavo Petro llama sediciosos a aquellos que se oponen a su forma de gobernar. Según él, quien no apoya su visión se encuentra en contra de su administración. Todo lo que se interponga a sus planes, como la ley, la voz de la oposición, o los medios de comunicación, es considerado subversivo.
El presidente conoce bien el concepto de sedición, pues lo vivió en su juventud al integrarse a un grupo guerrillero. En el ámbito legal, se considera sedición a la acción de quienes intentan frenar el funcionamiento de un gobierno usando la fuerza.
Decir que el presidente fue guerrillero es demasiado fuerte y, además, impreciso. Él se ha convertido en presidente a través de la legalidad, pero es preocupante que califique de sedicioso a personas como el registrador Hernán Penagos por simplemente buscar la opinión del Consejo de Estado sobre la relación entre el Ejecutivo y Legislativo. También ha descalificado a congresistas y otros miembros de la oposición.
Es triste y peligroso que el líder del país utilice tales términos. Este comportamiento puede generar conflictos, como se ha visto en el caso de Miguel Uribe Turbay. Las palabras del presidente tienen un gran impacto y, lamentablemente, algunos se sienten motivados a actuar en contra del orden.
Si el presidente, que dice ser un lector, no tiene cuidado con su uso del lenguaje legal, debería al menos ser consciente de su vocabulario. El Diccionario de la Lengua Española define la sedición como un levantamiento violento contra la autoridad.
Petro, que a menudo se siente perseguido, acusa de sedición a los que no coinciden con su ideología. Tal acusación hacia el registrador, apoyado por ministros de su gobierno, es aún más alarmante.
Estos ministros actúan de manera cuestionable. Como dijo la columnista Salud Hernández-Mora, uno de ellos tiene un estilo criticado y otro, que amenaza con acciones legales, debería ser más cuidadoso con sus palabras.
Es irónico que el presidente use lenguaje fuerte justo después de prometer, con la Conferencia Episcopal, fomentar un diálogo pacífico. Debe recordar que también ha tildado de traidores a algunos de sus colaboradores, quienes, aunque tal vez no sean los más eficientes, le son leales.
Las palabras del presidente provocan preguntas sobre quién realmente defiende la democracia. ¿Es sedicioso quien busca consejo legal o quien lanza ataques abiertos? Este escenario presenta un mundo al revés, donde los que defienden la ley son atacados y quienes actúan al margen son celebrados.
La prensa y las instituciones deben mantenerse firmes en este momento crucial para la democracia en Colombia. Debemos exigir respeto por nuestra Constitución y protegernos de cualquier abuso de poder. No podemos permitir que se ignore la ley mientras se jura protegerla.
Retaguardia. La frase del año podría ser una observación del profesor Mauricio Gaona: «Lo que ustedes llaman bloqueo institucional es, en realidad, la oposición, y esta es parte fundamental de la democracia.» La situación actual revela quiénes están comprometidos con el bien común y quiénes buscan el interés propio. Como señaló una exfiscal, el debate reciente muestra la lucha entre aquellos que actúan con integridad y quienes buscan utilizar el poder para perjudicar.