Álvaro García Ortiz: un fiscal general incansable en España

Complicaciones en la Carrera de Álvaro García Ortiz

Complicidad y colaboración con ETA fueron algunas de las acusaciones que recibió **Álvaro García Ortiz** por parte del diputado del PP, Luis Santamaría. Esto ocurrió el 28 de julio de 2022, cuando García Ortiz asistía al Congreso para ser examinado antes de asumir su puesto como **fiscal general del Estado**. En ese momento, los medios de comunicación conservadores estaban publicando que el hasta entonces número dos de la Fiscalía había decidido archivar el caso del asesinato de **Miguel Ángel Blanco**. Aunque el fiscal encargado del caso, Jesús Alonso, negó haber recibido instrucciones, los grandes medios de la derecha seguían insistiendo en sus acusaciones.

Durante el verano de 2022, se difundieron varios rumores para desprestigiar a García Ortiz incluso antes de que asumiera su cargo. En casi tres años, no ha tenido reposo y ha enfrentado procesos judiciales. El **Tribunal Supremo** ya lo había frenado en dos ocasiones relacionadas con decisiones sobre su antecesora, **Dolores Delgado**. Estos ataques no solo provienen de decisiones judiciales, sino también de acusaciones infundadas sobre conspiraciones que implican a ETA y el independentismo catalán.

El Ascenso Profesional de García Ortiz

El principal «error» de García Ortiz fue ser el número dos de Delgado, quien había sido ministra de Justicia. Su trayectoria estaba marcada por una carrera profesional sólida. En 2018, fue elegido el mejor entre sus colegas en unas elecciones al Consejo Fiscal, a pesar de pertenecer a una minoría. Nacido en **Lumbrales (Salamanca)**, su carrera comenzó en 1998 y se desarrolló principalmente en **Galicia**, donde se destacó como fiscal de medio ambiente sin involucrarse en conflictos políticos.

Un punto de conflicto fue su desacuerdo con el entonces presidente gallego Alberto Núñez Feijóo, quien responsabilizaba de grandes incendios a un supuesto «terrorismo incendiario». García Ortiz se opuso a esa idea y tras investigar los hechos, su postura generó malestar en el PP.

Controversias en el Cargo

Al asumir el cargo tras la renuncia de Delgado, García Ortiz se enfrentó nuevamente al PP, que denunció su participación en un evento del PSOE. Este evento, considerado una “mesa redonda” sobre incendios, se utilizó para cuestionar su imparcialidad. Se convirtió en un elemento clave para que el Consejo General del Poder Judicial (CGPJ) rebatiera su nombramiento, algo sin precedentes en la era democrática.

Durante este tiempo, la presión contra García Ortiz aumentó, con varios medios lanzando acusaciones infundadas sobre sus acciones. Líderes del PP, como Carlos Herrera, distorsionaron la realidad, asegurando que el nuevo fiscal era tan sesgado como su antecesora. Por su parte, Abc dio cobertura a rumores sobre reuniones secretas que resultaron ser falsas, lo que llevó a García Ortiz a emprender acciones legales.

Además, la Asociación Profesional Independiente de Fiscales (APIF), liderada por el fiscal Salvador Viada, se ha convertido en un fuerte adversario, buscando medios para frenar a García Ortiz a través de demandas y denuncias, aunque el Tribunal Supremo desestimó sus acciones previas.

Conclusión: La Lucha Política a la Vista

A pesar de que las historias sobre conspiraciones no cesan, el papel de García Ortiz como fiscal general ha estado marcado por desafíos y ataques constantes. La situación se ha vuelto más complicada con su postura respecto a la ley de amnistía. Los rumores siguen circulando, y la presión sobre él no parece que vaya a disminuir pronto. Su historia es un reflejo de la intensa lucha política que se vive en la actualidad.

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