Desarrollo de carrera: cómo preparar un plan de desarrollo profesional
Algunos científicos consideran que una carrera profesional está marcada de antemano, siguiendo una trayectoria predecible. Por lo general, comienza con la obtención de un doctorado, seguido de una posición posdoctoral y, si el científico tiene suerte, la obtención de una posición con permanencia o quizás alejándose de la academia para entrar en la industria. Habiendo transitado ambos campos, me he dado cuenta de que la industria sobresale particularmente en proporcionar a los empleados consejos de carrera estructurados y específicos, adaptados a sus intereses y objetivos específicos. Esto se hace a menudo a través de un plan de desarrollo profesional, algo que considero que también podría ser efectivo para los académicos.
Este plan es una forma de mapear tu futuro profesional, especificando el trabajo que necesitas realizar para asegurarte de llegar a donde deseas estar. En mi experiencia, el pensamiento estructurado sobre el desarrollo personal como este no es común en la academia, y he encontrado que los planes de desarrollo son útiles para avanzar en mi carrera en la industria y para guiar a otros que he supervisado en el desarrollo de los suyos.
La planificación profesional individual es promovida por prestigiosas revistas empresariales, así como por agencias gubernamentales. La investigación revela que los empleados que tienen oportunidades para planificar su desarrollo tienen un aumento del 15% en la participación y una mejora del 34% en las tasas de retención en comparación con aquellos que no lo hacen. Incluso un informe de aprendizaje en el lugar de trabajo de LinkedIn de 2018 encontró que «el 94% de los empleados permanecerían en una empresa durante más tiempo si invirtiera en su carrera».
Cómo preparar un plan de desarrollo profesional
Preparar un plan requiere hacerte preguntas como en qué centrarte en el trabajo diario, qué aprender y a qué aspirar en tu rol.
Por ejemplo, en 2013, cuando transicioné de la academia a la industria al unirme a BAE Systems Applied Intelligence, una compañía internacional de tecnología de seguridad con sede en Guildford, Reino Unido, mi jefe inició la redacción de mi primer plan de desarrollo profesional. Este plan se centró en aprovechar las habilidades transferibles de mi experiencia como asistente de investigación y enseñanza en la Universidad Tecnológica de Poznań en Polonia, como resolución de problemas y análisis de datos, para consolidar mi posición en la empresa. Además, identificamos brechas de habilidades, como la falta de familiaridad con el lenguaje de programación del software de la empresa, y planificamos sesiones de entrenamiento interno para ayudarme a abordarlas.
Un plan de acción
El plan de desarrollo fue detallado en un documento, el cual redactamos juntos luego de una reunión sobre mis metas, ambiciones y áreas de mejora. La primera página describía mi estado profesional actual, incluyendo mis fortalezas y debilidades, y articulaba dónde apuntaba a estar en un año. La segunda página listaba las actividades que debía emprender para lograrlo.
En otra ocasión, discutí proactivamente mis aspiraciones de pasar de ser un analista de datos senior a un rol técnico líder de software con mi entonces jefe, mostrando mi pasión y autoaprendizaje. Destacando los beneficios de mi experiencia dual para la empresa, obtuve su apoyo. Juntos, creamos un plan que facilitó esta transición.
Ahora que lidero ciencia de datos en Żabka, una cadena de tiendas de conveniencia con sede en Poznań, valoro el asesoramiento profesional individualizado que impulsó mi propio crecimiento. Garantizar que los miembros de mi equipo tengan su propio plan es una prioridad para mí.
Elaborar un plan de desarrollo individual tiene tres etapas:
El punto de partida. Hacer un plan es generalmente un esfuerzo colaborativo, que requiere la aprobación de tu jefe o mentor. Pero esto no significa que tengan que iniciar el proceso. Intenta expresar interés en discutir tu trayectoria profesional e invítalos a compartir sus sugerencias. Involúcralos mostrando cómo este ejercicio podría mejorar tu eficacia y compromiso en el trabajo.
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Sé abierto sobre tus fortalezas y debilidades, y la dirección en la que deseas que se desarrolle tu carrera, y pide su perspectiva sobre tus hábitos de trabajo y desempeño. Si, por ejemplo, te gustaría avanzar hacia un rol de liderazgo, menciona que eres un buen organizador, administras bien tu tiempo y ayudas a tus compañeros de equipo a planificar sus actividades. Sin embargo, es posible que también necesites aprender más sobre dar retroalimentación o mejorar tus habilidades de asertividad.
Además, busca opiniones de tu equipo, colaboradores, estudiantes y otros miembros de la facultad (o retroalimentación de 360 grados, en la jerga del desarrollo profesional) para comprender sus perspectivas. Hazles las mismas preguntas que le hiciste a tu supervisor. También sugiero incluir al menos una pregunta abierta que permita a los encuestados compartir sus ideas generales sobre tu cooperación. El uso de una plataforma de encuestas digital como Google Forms puede aumentar las tasas de respuesta, especialmente para colaboradores remotos.
Tomasz Głowacki (extremo derecho) con colegas en Żabka Group.Crédito: Grupo Żabka
Desde mi experiencia, hacer la encuesta anónima podría fomentar una retroalimentación más honesta. A través de este ejercicio, podrías obtener una mejor comprensión profesional de ti mismo.
Establecer un destino final. Al crear un plan de desarrollo profesional, es crucial tener una idea clara del objetivo final: hacia dónde quieres desarrollarte. He aprendido que las personas a menudo no son conscientes de todas las oportunidades ofrecidas por sus organizaciones. No dudes en hablar con tu supervisor sobre diferentes roles en tu institución, aprender en qué consisten y qué habilidades requieren. Además, intenta identificar otros líderes que conozcas o con los que hayas trabajado y cuyas carreras admires.
Lo que impulsó notablemente mi desarrollo fue invitar a algunos miembros de mi red para entrevistas de 30 minutos sobre su trayectoria profesional, para buscar consejos y aprender de su experiencia. He encontrado que las personas exitosas suelen estar más que dispuestas a hablar. Mantener las reuniones cortas, con una agenda clara y una explicación convincente sobre por qué buscas sus ideas puede ayudar a asegurar su tiempo y atención.
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He utilizado constantemente este enfoque, por ejemplo, para desarrollar mis habilidades de liderazgo. Le pregunté a Willy Picard, un gerente senior en Fandom —una especie de wikipedia para TV, cine o cómics, con sede en San Francisco, California— y uno de los mejores líderes con los que he trabajado, sobre la transición a la gestión. Él enfatizó que la esencia del liderazgo es habilitar a otros para que alcancen su potencial, lo que me orientó a priorizar la mejora de mis habilidades de mentoría. Podría tener sentido compartir abiertamente tus aspiraciones profesionales con tu supervisor, para discutir mejor cómo combinar eficazmente lo que necesitan de ti a diario, junto con el desarrollo a largo plazo para alcanzar tus metas profesionales futuras.
El camino profesional. Ahora que sabes hacia dónde quieres que vaya tu carrera, identifica las habilidades faltantes para tu desarrollo profesional esperado. Incluye tanto habilidades duras, como la familiaridad con tecnologías o metodologías de investigación específicas, como habilidades blandas, como la comunicación efectiva o el trabajo en equipo. Esto podría hacerse a través de una sesión de lluvia de ideas que involucre a ti y a tu supervisor o un colega experimentado, que pueda, en particular, ayudarte a comprender y explorar lo que no sabes.
Luego, para cada brecha, debes identificar qué formación tomar, qué proyectos emprender, con quiénes consultar e investigar qué lecturas profundizar para aprender nuevas habilidades. También recomiendo establecer métricas para evaluar objetivamente si las has aprendido. Estas podrían incluir aprobar un examen de certificación, recibir una retroalimentación mejorada de los compañeros o presentar con éxito un tema específico.
Por ejemplo, durante mi transición a software, identifiqué brechas en metodologías ágiles y estándares de codificación. Para dominar las metodologías ágiles, leí libros y artículos seleccionados. Mi referente de éxito fue obtener el certificado Professional Scrum Master, una certificación de la industria reconocida emitida por Scrum, una plataforma de desarrollo profesional. Para los estándares de codificación de software, practiqué la codificación y consulté con expertos. Para demostrar mi competencia, di una presentación sobre estos temas a mi equipo.
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Otra vez, como supervisor, ayudé a un miembro de mi equipo a desarrollar su plan después de su transición de la academia a la industria. Había tenido dificultades con el trabajo en equipo, habiendo trabajado principalmente solo anteriormente. Para mejorar sus habilidades de trabajo en equipo, nuestro plan incluyó participar en discusiones con colegas que habían pasado por transiciones similares y sesiones regulares de mentoría conmigo. Medimos su éxito a través de retroalimentación regular del equipo.
Después de este ejercicio, tendrás un plan individual de desarrollo profesional. Es importante revisarlo y ajustarlo regularmente a medida que aprendes más sobre tus propias capacidades y aspiraciones.
El plan es importante, pero para mí, todo el proceso de planificación es aún más crucial. Pasar tiempo pensando conscientemente en tus aspiraciones profesionales y aprendiendo de otros es valioso en sí mismo, y debería darte una mejor comprensión de las áreas en las que puedes desarrollar tu carrera. En última instancia, una carrera profesional no está fija ni se deja al azar.