Cuando las paredes se expresan en Buenos Aires: el arte y el comercio de los muralistas políticos.

El Arte de Pintar Paredes en Buenos Aires

En **Buenos Aires**, las **paredes** siempre están cambiando. Un miércoles antes de las **elecciones legistativas**, un grupo de cuatro personas se acerca a una pared con un mensaje. Lo que se lee es «Silvia **Lospennato**, es PRO», en letras amarillas. Ella es una de las candidatas a legislar.

Aarón y **Theo Cabral** están pintando sobre una pared con rodillos, mientras su padre, Miguel Ángel, conocido como “el **Chino**”, pinta las letras y sombras. El último en llegar al grupo es **Ángel Arroyo**, quien se encarga de pintar las letras de azul. En menos de cuatro minutos, les da tiempo de dejar pintada una frase importante: “**Santoro. 18-5. Es ahora Buenos Aires**”. **Leandro Santoro** es el candidato del peronismo y, según lo que dicen las encuestas, tiene buenas probabilidades de ganar.

“Es solo el comienzo, recién estamos calentando motores”, comenta el **Chino** mientras termina su trabajo. Él tiene una tradición de firmar como “el Chino” en cada pintura que realiza. Este hombre ha firmado entre 20 y 30 **pintadas** en cada salida durante más de 33 años. Después de hacer su trabajo, vuelven a su camioneta, que data de 1980, y se organizan con baldes, rodillos y otros materiales. Hoy su recorrido incluye 20 **pintadas** en el sur de la ciudad.

Al hablar de **pintadas**, se pueden comparar con las de otras ciudades, como la “**pichação**” de São Paulo o los **graffitis** de Berlín. Buenos Aires se distingue por tener muchos escudos de equipos de fútbol en sus paredes, cada uno pintado por sus fanáticos. Además, lo que la hace única son también las **pintadas políticas** en espacios públicos. Algunos historiadores creen que los socialistas fueron los primeros en hacer esto en 1920, y que el peronismo adoptó la práctica. Durante la dictadura se prohibieron, pero desde los años 90, equipos contratados, como el del **Chino**, se encargan de realizarlas.

**Maximiliano Sahonero**, quien fue legislador porteño, también trabajó pintando por más de diez años. Según él, las **pintadas** son una parte de la identidad artística que se ha mantenido viva. A través de los años, los equipos de pintores han encontrado una forma de pertenencia con sus obras, similar a las de fútbol.

Con el paso del tiempo, algunos de los nombres más importantes en este oficio son **Patita**, **Beto**, **Franky** y el **Chino**. En el barrio Presidente Illia, conocido como la «cuna» de los pintores políticos, el **Chino** organización un equipo que ha realizado campañas destacadas. Se turnan para trabajar en diferentes momentos del día, haciendo **pintadas** las 24 horas, con una gran demanda.

A pesar de la llegada de las redes sociales, el trabajo de pintar sigue teniendo su importancia. Según el **Chino**, la actividad disminuye con los cambios de gobierno. Menciona que durante el gobierno de **Macri** se pintaron menos paredes, mientras que con **Alberto Fernández** su trabajo creció nuevamente. Comenta cómo las pintadas se alinean más con la política de la izquierda y que son parte del barrio.

El **Chino** comenzó a pintar gracias a un vecino que le ofreció el trabajo. Desde ese entonces, ha mantenido un enfoque en labor social, realizando pintadas para sus vecinos, cubriendo mensajes de cumpleaños y declaraciones de amor. Lo que más le entusiasma es ver su trabajo en las calles. Su sueño es que la tipografía que utiliza sea reconocida en programas de diseño.

El fenómeno de las **pintadas políticas** ha llegado a capturar la atención de documentales como «Cuerpo de letra». En él se muestra que los pintores pueden trabajar de manera flexible, pintando para diferentes partidos y en distintos estilos según el cliente. Esto ilustra cómo las **pintadas** se han convertido en un medio de comunicación e incluso en una herramienta de propaganda política.

Además, las **pintadas** no solo impactan durante las campañas electorales; a menudo generan discusiones sobre los candidatos y alimentan rumores. El director del documental destaca que las **pintadas** pueden facilitar una conversación más interna entre los partidos.

Finalmente, hay que mencionar que algunas de las paredes más emblemáticas ya no son posibles de pintar, como las de la autopista Lugones y la Avenida 9 de Julio. En la actualidad, este trabajo está más limitado, pero sigue siendo una parte importante del **paisaje** cultural de Buenos Aires, ayudando a muchos jóvenes de los barrios a encontrar una forma de empleo.

Deja un comentario

Uso de cookies

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR