La Impactante Historia de la Patata y su Origen
El historiador estadounidense William McNeill escribió un interesante ensayo en el que argumenta que la patata ha transformado el rumbo de la historia mundial. Esta planta, que fue domesticada en lo que ahora es Perú hace unos diez mil años, fue vital para el poderoso Imperio Inca y más tarde para los conquistadores españoles. Alrededor de 1570, este alimento, considerado un «superalimento», llegó a Europa. McNeill sostiene que entre 1750 y 1950, la capacidad de la patata para nutrir a poblaciones en expansión fue clave para el dominio de varias naciones europeas.
Recientemente, un equipo internacional de científicos ha revelado un descubrimiento sorprendente: la patata es descendiente del tomate. El genetista chino Sanwen Huang, liderando la investigación en el Instituto de Genómica Agrícola de Shenzhen, afirma haber resuelto este enigma. Su equipo exploró el ADN de unas 60 especies relacionadas y determinó que la patata se originó hace aproximadamente 9 millones de años, a partir de una mezcla natural entre una planta de tomate y una planta llamada etuberosum, que no tiene los tubérculos que conocemos.
Huang y su equipo explican que esta combinación genética permitió la evolución de los tubérculos subterráneos que son esenciales nutricionalmente. Hoy en día, más de mil millones de personas dependen de la patata como alimento básico. Una patata promedio de 170 gramos proporciona unas 135 kilocalorías, la mitad de la dosis diaria recomendada de vitamina C y alrededor de 4 gramos de proteínas con todos los aminoácidos esenciales. Comprender la genética que influye en su crecimiento es crucial no solo a nivel alimentario, sino también en el ámbito geopolítico, tal y como sostiene McNeill.
El reciente hallazgo de que la patata y el tomate están tan relacionados puede resultar sorprendente para quienes no están familiarizados con la agricultura. El genetista Zhiyang Zhang señala que, a pesar de las diferencias entre ambos en el supermercado, los frutos de estas plantas son muy distintos en apariencia, pero comparten similitudes a nivel de formato y características generales.
Además, los investigadores destacan que la patata surgió en un periodo crítico durante el ascenso de la cordillera de los Andes, lo que le permitió adaptarse a los fríos climas montañosos. Con más de cien especies silvestres de patata, en la actualidad, las primeras poblaciones que domesticaron estas plantas hace 10,000 años fueron las que abrieron el camino hacia la forma moderna de la patata.
La bióloga española Salomé Prat descubrió en 2011 el gen SP6A, que controla cuándo la planta debe formar tubérculos. Este gen resulta ser de origen tomatero, lo que plantea preguntas sobre cómo se activa este proceso en el tallo. Prat sugiere que, si se comprenden mejor estos mecanismos, en el futuro podríamos obtener híbridos que produzcan tanto tubérculos como cereales en una sola planta.
Ya se han creado híbridos de tomate y patata, un trabajo iniciado en 1978 por la genetista española Marisol Sacristán. Los investigadores actualmente consideran que es factible desarrollar plantas que ofrezcan ambos productos.
La patata se ha convertido en un cultivo clave en la economía actual. China ha invertido significativamente en su producción, reconociendo su eficacia en términos de espacio y rendimiento. Con una extensión cultivada mayor que varios países, esta nación ya produce más patatas que cualquier otro país del mundo, lo que podría convertirla en un líder agrícola aún más fuerte.
El reciente estudio, publicado en la revista especializada Cell, involucra la colaboración de más de una decena de instituciones chinas junto con organizaciones de Canadá, Estados Unidos, Alemania y el Reino Unido. La científica colombiana Susy Echeverría, quien ha investigado la diversidad genética de las patatas y tomates, resalta la importancia del origen de los tubérculos en el desarrollo futuro de estos cultivos. En línea con las ideas de McNeill, quien comprenda estos secretos genéticos será el que domine la esfera agrícola en el futuro.