La Estrategia de Inversión de Deutsche Bank para 2025 y Más Allá
Deutsche Bank ha compartido sus planes de inversión hasta 2025 y más allá. Aunque el banco tiene siete perfiles de inversión diferentes, todos siguen una estrategia común para manejar la volatilidad del mercado. Esto implica dar más importancia a la renta fija y reducir un poco la exposición a la Bolsa globalmente. La entidad se centra en bonos soberanos y corporativos de alta calidad, especialmente aquellos en euros, con vencimientos de entre 3,5 y 4 años. Además, aunque el oro es considerado un activo seguro, se sugiere mantenerlo en una proporción del 3% al 4% de la cartera. Según Alejandro Vidal, director de inversiones en España, “no es el momento de arriesgarse demasiado, preferimos activos sólidos en divisa local”.
En cuanto a la renta fija, Deutsche Bank recomienda enfocarse en deuda de alta calidad en euros, especialmente ahora que el dólar está debilitado. Se espera que el tipo de cambio se mantenga entre 1,18 y 1,20 dólares por euro hasta junio de 2026. Los analistas tienen una visión cautelosa sobre los bonos estadounidenses; el riesgo no es por impago, sino por la mayor volatilidad y la presión de ventas. No obstante, el banco sigue buscando oportunidades y estima una rentabilidad del bono alemán a diez años del 2,5% y del 4,5% para su equivalente estadounidense.
En el ámbito de la renta variable, Deutsche Bank mantiene una postura más conservadora. Se siente más optimista respecto a Europa que a Estados Unidos debido a las valoraciones y al impulso fiscal en curso, especialmente en Alemania, que ha realizado un gasto significativo de manera rápida. Según Rosa Duce, economista jefe, este cambio podría beneficiar a toda la región. El banco prevé que el índice Stoxx 600 alcance 570 puntos en los próximos 12 meses, con un enfoque en sectores relacionados con la inversión pública, como industriales, financieros e infraestructura. Las compañías medianas en Europa, particularmente en Alemania, también son vistas como una buena inversión.
Para Estados Unidos, el enfoque está empezando a volver hacia las grandes empresas tecnológicas, pero con precaución. Se pretende reconstruir la estrategia en este sector, eligiendo puntos de entrada adecuados. Aunque se espera que el S&P 500 suba a 6,100 puntos en los próximos 12 meses, se aconseja prestar atención a las diferencias entre sectores.
El oro se destaca como un activo fundamental para diversificar la cartera. Aunque su valor es alto y puede ser volátil, sigue siendo una buena opción a largo plazo. La previsión es que alcance los 3,700 dólares por onza en junio de 2026, representando un aumento considerable desde su precio actual. En lo que respecta al petróleo, se espera estabilidad, con un precio mínimo de 60 dólares por barril debido al costo de producción en EE. UU.
Más allá de los activos financieros, la situación política y estructural en Europa está comenzando a cambiar. Alemania ha anunciado un paquete fiscal de 200,000 millones de euros para este año, enfocado en la industria, defensa y transformación económica. Esto representa una oportunidad para las empresas europeas que no dependen tanto del dólar.
Por último, se espera que el crecimiento global sea desigual entre las principales economías para 2025. En Europa, España se proyecta como líder con un aumento del 2.2%, mientras que las proyecciones para Alemania son más modestas, con un 0.3%. A pesar del optimismo, el riesgo comercial y la incertidumbre siguen siendo preocupaciones clave que podrían afectar el consumo y la inversión.
En resumen, Deutsche Bank mantiene una postura cautelosa pero optimista y sugiere una gestión activa para aprovechar las oportunidades en un entorno complejo.