El Bombardeo de Irán por Estados Unidos: Un Cambio Radical
Cuatro palabras —“Estados Unidos bombardea Irán”— son suficientes para describir lo que sucedió el sábado por la noche, en la madrugada del domingo en Teherán. El presidente Donald Trump destruyó más de 45 años de contención en las difíciles relaciones entre Washington y este complicado enemigo. Su decisión de atacar tres instalaciones nucleares en Irán, anunciada en su red social Truth, no solo introduce incertidumbre en Oriente Próximo, sino que también transforma la actitud de Trump hacia la intervención militar en otros países.
Con este ataque, Washington dejó claro su apoyo a la campaña de Israel contra Irán. Trump ordenó el bombardeo de tres bases nucleares muy conocidas: Fordow, Natanz e Isfahán, sin la aprobación del Congreso. Después, en un breve discurso desde la Casa Blanca, calificó la acción de “éxito militar espectacular” y aseguró que las instalaciones estaban destruidas.
Durante su campaña, Trump había hecho de su rechazo a las guerras en el extranjero uno de sus argumentos principales, pero este fin de semana rompió esa promesa de una manera impactante. Su decisión podría dividir el movimiento MAGA (Make America Great Again), que históricamente ha valorado el aislacionismo geopolítico, uno de sus puntos clave.
A pesar de la crítica de algunos miembros del movimiento MAGA, como Steve Bannon y Tucker Carlson, la mayoría de los congresistas republicanos apoyaron la intervención en Irán. Celebraron esta acción, que coincide con las posturas del sector neoconservador del partido, al cual Trump había atacado en el pasado.
Este ataque cumplió un deseo de aquellos que siempre han querido bombardear Irán. Muchos han especulado sobre cómo habría tomado esta acción el fallecido senador John McCain, quien en el pasado había bromeado sobre la necesidad de bombardear a Irán. En 2020, Trump tomó la decisión de ordenar la muerte del general Qasem Soleimani, pero posteriormente optó por no ir más allá.
Esta historia también resuena entre quienes no vivieron el mandato de McCain. Hay una creencia creciente en Washington de que un cambio en el régimen iraní estaría más cerca que nunca, especialmente tras la ofensiva israelí en Gaza. Los defensores del ataque argumentan que esta oportunidad no debería desperdiciarse.
El vicepresidente J. D. Vance, uno de los críticos del intervencionismo en administraciones pasadas, apoyó a Trump durante su discurso. Trump insistió en que esta operación militar no era el inicio de una guerra, sino “el final”, siempre que Irán “el matón de Oriente Próximo” detenga sus ambiciones nucleares. Si Iran acepta o no resolver este conflicto es algo que debemos esperar a ver en las próximas horas.
Es incierto qué sucederá tras este conflicto. La respuesta de Irán podría intensificar la crisis, o podría buscar la paz a través de conversaciones con Estados Unidos. Los ecos de esta acción podrían marcar el inicio de una nueva etapa turbulenta en Oriente Próximo, recordando a un país traumatizado por sus pasadas experiencias bélicas.