Gustavo Segura, en una foto de la Agencia Antifraude, es el único postulante para dirigir la Agencia Valenciana Antifraude (AVAF). Sin embargo, no logró el respaldo del Partido Popular ni de Vox, lo que impidió que fuera designado como sucesor de Joan Llinares. Vox cambió su posición previamente anunciada y el PP presentó una propuesta de ley para modificar las reglas de elección del director de la Agencia.
En su presentación ante la comisión de Economía, Presupuestos y Hacienda, Gustavo Segura expuso su proyecto. A pesar del apoyo de Compromís y PSPV, PP y Vox decidieron rechazar su candidatura. El rechazo de sus partidos llevó a la caída de la única candidatura para suceder a Joan Llinares, aunque el PP está impulsando una ley que permitiría elegir al director por mayoría absoluta en segunda vuelta.
Los representantes de PP y Vox expresaron que su rechazo no cuestionaba la valía profesional de Segura. Por su parte, el PP lamentó la «etiqueta» impuesta por la oposición a los candidatos y criticó el rechazo previo de la candidatura de Eduardo Beut. Desde Vox, se abogó por un cambio en la Agencia y se cuestionó la vinculación de Segura con entidades ideológicas.
El PSPV, por su parte, elogió el currículum de Segura y su experiencia en la Agencia. Además, rechazaron la propuesta de reforma del PP para cambiar las mayorías de elección, argumentando la importancia de buscar consensos en la elección del director.
En cuanto a la propuesta de Segura, se basaba en la neutralidad, rigor e imparcialidad, con medidas de protección a denunciantes, modificaciones legislativas, prevención del fraude y colaboración con otras entidades para un mejor control y transparencia en la administración pública valenciana.