El Desafío de la Salud Laboral en Empleados Mayores
Yanira Briceño está a punto de cumplir 60 años y ha dedicado los últimos 17 años de su vida a trabajar como limpiadora. Con el tiempo, tareas como usar la fregona y escurrir trapos han lesionado sus muñecas. Hace dos años, se sometió a una operación en la muñeca derecha y actualmente espera realizarse la misma cirugía en la izquierda. Aunque volvió a su trabajo en un colegio de Valladolid tras la recuperación, las nuevas herramientas, como un cubo con pedal, no han mitigado las lesiones, que ahora incluyen la cadera. “Mis hijos y mi esposo me aconsejan que busque otro empleo que no afecte tanto mi salud, pero a mi edad, eso parece imposible”, comparte en una llamada, visiblemente afectada. A pesar de que su médico le otorgó una nueva baja por el dolor en la pierna, continúa trabajando ya que el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) no la aprueba.
Por su parte, Luis Carnota, quien ya ha cumplido 60, ha estado conduciendo camiones durante 25 años. Ha experimentado dos desprendimientos de retina debido a las vibraciones en su camión. “En mi empresa, las bajas son constantes. Este trabajo tiene uno de los índices de accidentes laborables más altos; el año pasado fallecieron 138 trabajadores, la mayoría por problemas cardíacos”, denuncia. Explica que no solo el tiempo que pasan sentados en el camión es un problema, sino también la falta de pausas para comer o descansar. “A veces, se trabaja a pleno sol y ha habido quien se desmaya por el esfuerzo”, añade. “Muchos llegan a la jubilación en un estado de salud muy deteriorado y los que seguimos en esta profesión estamos pensando en dejarlo”, advierte.
Estas historias son solo ejemplos de una situación más amplia. Cada día, un millón y medio de trabajadores no asisten a sus trabajos, principalmente por problemas de salud que muchas veces están ligados a su empleo. Este círculo vicioso ha llevado al Ministerio de Trabajo a intentar establecer una nueva colaboración con empleadores para abordar la reducción de jornadas laborales y las ausencias laborales.
Estas discusiones también abarcan mejoras en la prevención de riesgos laborales, lideradas por el ministerio en los últimos meses. “Creo que las organizaciones empresariales están sintiendo la presión por tener dos mesas de negociación activas, lo que nos lleva a momentos críticos”, comenta Mariano Sanz de CC OO. La preocupación también surge por el notable aumento en el gasto para cubrir las bajas laborales, que el año pasado alcanzó más de 30.000 millones de euros, considerando tanto la parte aportada por las empresas como la seguridad social.
Este fenómeno ha crecido en la última década, con la duración promedio de las incapacidades laborales aumentando de 37,51 a 39,09 días entre 2014 y 2024. Esta situación ha generado preguntas cruciales sobre las causas y posibles soluciones.
La pandemia ha llevado a un cambio en la mentalidad de las personas, que ahora acuden al médico con más frecuencia por problemas físicos o mentales para obtener bajas. Esto, unido a que muchas mutualidades no aprueban las bajas y redirigen a los pacientes al sistema público, ha saturado la atención médica. “Las bajas más comunes están relacionadas con lesiones o trastornos mentales, y el tiempo de espera ha incrementado la duración de estas bajas”, aclara Francisco José Sáez, de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia.
El problema se ve agravado porque solo los médicos de familia pueden otorgar bajas, lo que hace que no siempre se pueda confirmar si la afección del paciente realmente afecta su capacidad laboral. Sáez propone una mayor implicación de las mutualidades para abordar estas cuestiones.
Buscar Soluciones a un Problema Complejo
El Acuerdo por el Empleo y la Negociación Colectiva de 2023 busca medidas para mejorar la gestión de las bajas laborales, especialmente en sectores como la distribución alimentaria, donde las bajas gestionadas por mutuales son significativamente más cortas. “El absentismo genera grandes costos en sectores donde el empleo es intensivo, y debemos buscar soluciones”, concluye Ignacio García, director general de ASEDAS.
Sin embargo, los sindicatos enfatizan que hay que adoptar un enfoque más clínico y sanitario respecto a los problemas de salud laboral, en lugar de enfocarse solo en el impacto económico. Patricia Ruiz de UGT recalca la importancia de abordar el tema desde una perspectiva más humana y menos económica.
El debate sobre la salud laboral y la necesidad de un retiro anticipado se intensifica, sobre todo para aquellos que, como Yanira Briceño, han enfrentado grandes desafíos por sus trabajos. La implementación de coeficientes reductores podría facilitar la jubilación anticipada para más trabajadores expuestos a condiciones difíciles, pero aún hay mucho camino por recorrer.
“La mayoría busca como locos una incapacidad o un retiro anticipado, lo que evidencia la complejidad de la situación”, indica el profesor Luis Enrique Alonso. Llama a un análisis más profundo de las condiciones laborales actuales y la necesidad de modernizar las relaciones laborales para mejorar la vida de los trabajadores.