En el 9-J, España busca redención sin el voto útil y con el antibelicismo como estandarte

La situación actual de Podemos se ve fuertemente influenciada por la exclusión de Irene Montero de las listas para las elecciones del 23 de junio y la posterior ruptura con Sumar en el Congreso. Esto hace que las elecciones europeas del próximo domingo sean cruciales para el futuro del partido. Dadas las características de los comicios del 9 de junio, con una única circunscripción, Podemos ha decidido enfocarse en una campaña profundamente ideológica centrada en temas como el antibelicismo, la oposición al retorno de políticas de austeridad en Europa y la reivindicación de Podemos como la única alternativa de izquierda realmente transformadora. Después de varias elecciones nacionales en las que el voto útil se ha concentrado en el PSOE contra la derecha, Podemos busca la oportunidad en esta ocasión de que sus seguidores voten de acuerdo a sus convicciones en lugar de elegir la opción «menos peor».

Podemos está jugándose su futuro en Europa con una campaña que se apoya en dos lemas: «no a la guerra» y «sí se puede». La postura contra la escalada bélica en Ucrania y Oriente Próximo ha sido central en esta estrategia electoral, tratando de recuperar el espíritu que movilizó a millones de personas en los inicios de siglo en respuesta a la participación de España en la Guerra de Irak. Aunque la percepción de la sociedad española sobre la guerra en Ucrania es diferente a la de la invasión de Irak en 2003, Podemos ha utilizado esta circunstancia para criticar al actual gobierno y particularmente a la presidenta de la Comisión Europea, Úrsula von der Leyen, por su postura en temas de política exterior. El partido responsabiliza a los líderes actuales de una «deriva belicista occidental» y los acusa de ser «cómplices» del «estado genocida de Israel». Además, advierte sobre un posible «consenso de la guerra» que podría justificar el retorno de las políticas de recortes y austeridad en Europa, así como la incorporación de la extrema derecha en la toma de decisiones europeas.

Durante los mítines de campaña, tanto Irene Montero como el resto de candidatos han enfatizado que la paz es la prioridad en Europa y han señalado que la postura de la UE frente a la guerra en Ucrania refleja una sumisión a los intereses de Estados Unidos. También han denunciado que España podría estar sirviendo de país de tránsito para barcos que transportan armas destinadas a Israel, además de considerar insuficiente el reconocimiento del Estado palestino por parte de España. Se ha exigido en múltiples ocasiones que el Gobierno rompa relaciones diplomáticas con Israel y se ha utilizado la crisis con Argentina tras la visita de Javier Milei a Madrid para criticar la «doble moral» del Gobierno español, críticas que también han llegado desde Sumar.

A medida que se acerca el final de la campaña, Podemos ha introducido un tercer lema para tratar de capitalizar la circunscripción única de estas elecciones y atraer esos votantes que suelen optar por el PSOE como voto útil. En un video compartido, se insta a los votantes a aprovechar el sistema electoral en las europeas para votar de acuerdo a sus convicciones en lugar de elegir al «mal menor». En el mensaje se repasa la trayectoria de Irene Montero, destacando que el hecho de que «una cajera de supermercado llegue a ser ministra es la prueba de que la democracia, a veces, triunfa».

A lo largo de la campaña, el partido ha organizado mítines y eventos en todo el país, con especial énfasis en Madrid, Comunidad Valenciana, País Vasco y Cataluña. Otros miembros destacados de la candidatura como Isa Serra, Mar Cambrollé, Serigne Mbayé y Juan López de Uralde también han tenido un papel importante, sin olvidar la presencia del fundador y ex líder de Podemos, Pablo Iglesias. Este último ha regresado a la primera línea del partido para involucrarse en la campaña, pronunciando discursos enérgicos especialmente críticos contra los medios de comunicación españoles, la corrupción en el Poder Judicial y la monarquía.

Aunque los discursos de Podemos han puesto énfasis en temas internacionales, dejando las cuestiones domésticas en segundo plano, la designación de Irene Montero como candidata convierte estas elecciones en un termómetro para la izquierda situada a la izquierda del PSOE. Fuentes del partido explican que no miden el éxito o fracaso electoral en función del número de escaños obtenidos, sino como una oportunidad para impulsar profundas transformaciones desde la izquierda que no se conforma.

El resultado de estas elecciones será determinante. Si Montero consigue un escaño de eurodiputada, lo cual según la última encuesta de 40dB es posible con entre 2 y 3 escaños, Podemos iniciará un proceso de reorganización al verse respaldado su discurso sobre la necesidad de una opción combativa y menos convergente con el PSOE. Por otro lado, no obtener representación complicaría la viabilidad del proyecto y abriría interrogantes sobre el futuro del partido.

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