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¿Qué harán ahora quienes creían vivir en el último país progresista de Europa?
Cuando Pablo Iglesias le dio a Felipe VI un regalo de Juego de Tronos, la idea de que estábamos en una **distopía** comenzó a hacerse popular. Las situaciones que parecían ficción a menudo reflejan la dura realidad que enfrentan millones de personas. Una mujer realmente furiosa por el escándalo Santos Cerdán/Ábalos me dijo que, tras el evento conocido como el «Día DGH», llegó a pedirle ayuda a un dios en el que no cree, deseando que los audios fueran solo fabricaciones de **inteligencia artificial**. Es difícil creer que una persona tan cercana a un presidente feminista pudiera recomendarle a otro hombre los servicios de una prostituta con el argumento de que «se lleva muy bien».
Las siglas DGH significan «Del Gran Hostión», ya que muchos españoles, en especial mujeres, sintieron un **golpe** fuerte al escuchar sobre este asunto. A pesar de todos los problemas, como la crisis de vivienda y el deterioro en la **sanidad**, aún había quienes mantenían la esperanza de vivir en el último país **progresista** de Europa. Sin embargo, esa fe se está desmoronando, y muchas personas se sienten perplejas ante la realidad, sin saber a quién acudir en busca de soluciones. Cada nuevo giro de la trama aumenta sus sospechas sobre aquellos que antes consideraban genios.
En una reciente rueda de prensa, el líder apeló a la transparencia mientras pedía disculpas a las mujeres, asustando a todos con la idea de Vox y repitiendo la palabra “auditoría” una y otra vez. Un discurso muy confuso.
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