El cuento de hadas del baloncesto de Sudán del Sur en París 2024
La historia, muy conocida por los amantes del baloncesto, está causando revuelo en los Juegos Olímpicos. Y no es por el incidente del himno en el primer partido contra Puerto Rico. El equipo de baloncesto de Sudán del Sur, el país más joven del mundo que se fundó en 2011; y que ha sufrido una devastadora guerra civil con cifras alarmantes durante toda la década (2013-2020), es uno de los cuentos de hadas de París 2024. El líder de este proyecto es Luol Deng, quien en su momento escapó con su familia a Egipto (donde conoció a Manute Bol) y luego se trasladó a Londres (su padre, ministro, se refugió allí) antes de llegar a Estados Unidos. Descubierto en la Blair Academy, estudió en Duke y brilló en la NBA con los Chicago Bulls. Después de retirarse y pasar unos años viajando, tuvo una visión. Consciente del gran potencial físico de su país y de jugadores con raíces allí aunque nacieran en otros lugares del mundo (Carlik Jones en Cincinnati; Marial Shayok en Ottawa), se convirtió en presidente y mecenas del baloncesto en Sudán del Sur en 2019 con la convicción de que convertiría al país en una potencia en el baloncesto africano, al igual que Kenia y Etiopía lo son en el atletismo.