François Bayrou: Un Primer Ministro en el Ojo del Huracán
Como muchos franceses de mi generación, yo también recuerdo a François Bayrou, el primer ministro centrista de Macron, gracias a su caricatura en Les Guignols de l’info. En cada aparición en este famoso programa de Canal +, Bayrou provocaba risas. Su personaje representaba a un político un poco simplón, algo infantil y sensible, que no podía tomar decisiones. Cualquier pregunta que le hacían, desde si prefiere el café caliente o frío hasta su opinión sobre la guerra en Irak, la respondía con un simple: “Justo en el medio”.
A lo largo de los años, esta caricaturización hizo que muchos lo vieran como un político poco serio. Sus intentos de ser presidente —fue candidato tres veces— parecían más un sueño lejano. Ser votante de Modem, el partido centrista que fundó en 2007, era motivo de burla. Algunos de sus seguidores, con camisetas naranjas, parecían emocionados por él. Por eso, resulta un poco sorprendente ver cómo el alcalde de Pau, una ciudad mediana en el suroeste de Francia, ha llegado a ser primer ministro. A medida que pasa el tiempo, se nos hace difícil separar al verdadero Bayrou de su famoso títere.
A pesar de haber sobrevivido a ocho mociones de censura desde que Macron lo nombró en diciembre de 2024, se ha convertido en el primer ministro más impopular de la historia de la V República. ¿Por qué? Por su tendencia a no actuar, intentando permanecer en el cargo lo más que puede en un contexto político complicado, donde no tiene mayoría parlamentaria. Los medios han informado que sus ministros esperan decisiones que nunca llegan, lo que también ha irritado a Macron. En redes sociales, su inacción se ha vuelto un chiste recurrente, y hace poco hubo una entrevista en la que se defendió de su impopularidad, comentando que es difícil ser popular en la política actual. El entrevistador le respondió: “¡Pero si usted aún no ha hecho nada!” dejándolo en evidencia.
Además de su pasividad, Bayrou es visto como un personaje extraño en Matignon por algunas características que afectan su credibilidad. Por ejemplo, tras años diciendo que no se deberían acumular mandatos, ahora es primer ministro y también alcalde de Pau. Sus momentos ridículos, como limpiarse los dientes con un palillo durante una sesión del Congreso, no ayudan a su imagen. Desde que asumió el cargo, ha cometido varios errores notables, como volar a Pau en un Falcon justo después de ser nombrado mientras una isla sufría un ciclón, o rendir homenaje a un líder extremista tras su muerte.
La pasividad de Bayrou también ha tenido consecuencias dolorosas en el caso Bétharram. Él está siendo acusado por las víctimas y un ex juez de haber mentido sobre su conocimiento de abusos en una escuela católica donde estaban sus hijos. Una reciente investigación parlamentaria confirmó que, a pesar de ser alertado varias veces, no hizo nada. Necesitará más que su famoso “Mais euuuuh” (“Pero eeeeh…”) para explicar a los ciudadanos por qué, una vez más, no actuó.
Esta reescritura utiliza vocabulario más sencillo y contenido de 300 palabras, además de incluir etiquetas HTML para el formato.