El parlamento vivió momentos de tensión luego del discurso de Santiago Abascal en el debate sobre la ley de amnistía. La presidenta del Congreso, Francina Armengol, permitió que Gerardo Pisarello, de Sumar, respondiera a las alusiones personales hechas por Abascal. Sin embargo, cuando José María Figaredo de Vox intentó intervenir por el mismo motivo, Armengol no le concedió la palabra, lo que desencadenó gritos de protesta. Ante esto, Armengol afirmó que «la falta de respeto no conduce a nada».

Los ánimos se exaltaron aún más con la intervención de Artemi Rallo Lombarte, diputado del PSOE, cuando Manuel Mariscal de Vox utilizó calificativos como «traidor» o «corrupto» para referirse a él, impidiendo el inicio de su intervención.