Un nuevo enfoque para el tratamiento del Parkinson
Keith Krehbiel vivió con la enfermedad de Parkinson durante casi 25 años antes de decidirse a probar un implante cerebral que podría mejorar sus síntomas. Durante mucho tiempo, había dudado en someterse a la cirugía. “Era un gran paso”, comenta. Sin embargo, para el año 2020, sus síntomas se volvieron tan graves que aceptó proceder con la operación.
La estimulación cerebral profunda consiste en insertar cables delgados a través de dos pequeños orificios en el cráneo hacia una zona del cerebro relacionada con el movimiento. La idea es que, al enviar pulsos eléctricos a esta área, el implante pueda normalizar la actividad cerebral anormal y disminuir los síntomas. Desde que esta tecnología fue aprobada hace casi tres décadas, aproximadamente 200,000 personas la han recibido para ayudar a calmar los temblores y la rigidez causados por el Parkinson. Sin embargo, alrededor de 40,000 de quienes recibieron dispositivos después de 2020 cuentan con una característica especial que aún no ha sido activada. Estos dispositivos pueden leer las ondas cerebrales y ajustar su funcionamiento, similar a un marcapasos que regula los ritmos eléctricos del corazón, explica Helen Bronte-Stewart, neuróloga de la Universidad de Stanford en California.
Bronte-Stewart recibió la aprobación para iniciar un ensayo clínico de esta nueva tecnología, conocida como estimulación cerebral profunda adaptativa (aDBS), justo cuando Krehbiel se preparaba para la cirugía. Recuerda la llamada telefónica en la que ella le preguntó si quería ser su primer participante: “¡Le dije, ‘Claro que sí!’”
Cinco años después, los resultados de este ensayo de 68 personas, denominado ADAPT-PD, están bajo revisión para su publicación. Aunque los detalles exactos aún se mantienen en secreto, fueron lo suficientemente convincentes para obtener la aprobación de la tecnología a principios de este año tanto por parte de los reguladores de EE. UU. como de Europa.
Los resultados de este estudio podrían ser una gran ventaja para aproximadamente un millón de personas en EE. UU. y 1.2 millones en Europa que viven con Parkinson —y para Medtronic, la empresa de tecnología médica con sede en Minneapolis que fabrica los implantes. Este aparente éxito también abre la puerta para que otras empresas en todo el mundo avancen en la aprobación de dispositivos avanzados, comenta Martijn Beudel, neurólogo del Centro Médico de la Universidad de Ámsterdam que trabajó en el ensayo.
Un enfoque más personalizado
La estimulación cerebral profunda ha sido principalmente utilizada para tratar a personas con Parkinson. Esta enfermedad provoca la muerte de neuronas que producen dopamina, un neurotransmisor crucial para controlar los movimientos. Los medicamentos existentes que buscan aumentar los niveles de dopamina solo logran manejar los síntomas, sin poder igualar la producción constante de una mente sana. “No importa cuán avanzados seamos, nunca hemos podido imitar exactamente la forma en que el cerebro la suministra”, dice Bronte-Stewart, indicando que los síntomas pueden variar durante el día, desde movimientos involuntarios por los medicamentos hasta una rigidez mayor al final del día.
Cuando los síntomas se vuelven abrumadores, un neurólogo puede recomendar la DBS. Este tratamiento libera pulsos de energía eléctrica en el cerebro continuamente para regular las señales cerebrales anormales asociadas con movimientos incontrolables. No obstante, esta técnica siempre activa puede, a veces, potenciar los efectos de los medicamentos o generar nuevos síntomas.
Krehbiel tenía presente estas desventajas, lo que contribuyó a que viera a la DBS como un tratamiento de última instancia. Más adelante, su neurólogo mencionó que pronto habría grandes mejoras. “Entonces pensé, esperaré por la nueva tecnología”.
Desde 2020, cualquier implante de Medtronic tiene la capacidad de activarse en modo de estimulación adaptativa. Esto permite a personas con dispositivos más nuevos participar en ensayos clínicos sin complicaciones. Tras dos meses con DBS continua, Bronte-Stewart desbloqueó el dispositivo de Krehbiel, logrando mantener su temblor bajo control y reduciendo la necesidad de medicamentos.
Los avances en la estimulación cerebral profunda adaptativa ofrecen un nuevo camino para ayudar a las personas con Parkinson, mejorando su calidad de vida y aliviando síntomas que complican su día a día. Aunque los resultados aún no han sido publicados, hay optimismo entre quienes participan en estos ensayos, ya que muchos prefieren este nuevo enfoque sobre la técnica continua ya probada.