Perspectivas de los Mercados Ante Nuevas Tarifas de EE.UU.
La llegada de la temida carta sobre los aranceles que Estados Unidos prevé imponer a la Unión Europea ha generado una reacción fría, similar a la que se tuvo con comunicados anteriores. Aunque las Bolsas europeas empezaron con ligeras pérdidas, la apertura de Wall Street logró que el índice Ibex subiera un 0,19%, recuperando así los 14,000 puntos. Las plazas de Francia y Alemania, que se ven más afectadas por las restricciones comerciales, apenas retrocedieron unos 0,3%. Este ambiente se siente más como confusión y apatía que como el pánico que se vivió el 2 de abril, día marcado como de liberación.
La noticia de que los posibles aranceles del 30% no entrarán en vigor hasta el 1 de agosto permite al mercado tomarse un respiro, a pesar de que las capitales europeas se muestran escépticas sobre la posibilidad de un acuerdo, al considerar que estas medidas dificultan el comercio. La guerra comercial lanzada por EE.UU. va dirigida a todos, y el mismo día en que anunció las nuevas tarifas, Donald Trump también envió advertencias a México.
A pesar de este contexto inusual, más allá de lo vivido en abril, los mercados se mantienen cerca de niveles históricos, tanto en Europa como en EE.UU. Wall Street, centrado también en la temporada de resultados financieros, mostró ligeras ganancias en la apertura europea.
Los analistas de ING opinan que aún es muy pronto para alarmarse: “Faltan casi tres semanas para un posible acuerdo. La UE ya estaba bajo la amenaza de un arancel del 50% desde el 1 de junio. Hemos dejado de especular sobre estrategias a largo plazo en estas negociaciones comerciales. Las cartas recientes indican que estamos en un punto crucial, y la administración estadounidense está aumentando la presión para lograr un acuerdo”.
Según UBS, las acciones de EE.UU. parecen ser parte de una táctica negociadora, lo que podría explicar la calma en los mercados. “La fortaleza de los datos económicos y el aumento en las acciones hasta nuevos máximos parecen haber alentado a Trump a maximizar su presión en las negociaciones bilaterales”, señalan, añadiendo que el secretario del Tesoro, Scott Bessent, comprende la importancia de no agravar la situación económica.
Por su parte, Barclays advierte que si EE.UU. cumple con su amenaza, esto podría desencadenar represalias de la UE, provocando una desaceleración económica y presionando la relación entre el euro y el dólar. “Si se desata una guerra comercial a gran escala, podría replicarse la caída de abril, afectando especialmente a los sectores cíclicos y financieros”, añaden.
Dentro del Ibex 35, las empresas del sector de consumo y aquellas con negocios en EE.UU., como Rovi, Fluidra, Puig e Inditex, son las más perjudicadas, perdiendo entre un 1,5% y un 2%. En contraste, valores como Indra e IAG, junto a empresas defensivas como Enagás y Merlin, muestran mejor rendimiento.
Euro y Criptomonedas en Movimiento
En el ámbito de divisas, el euro ha bajado ligeramente a 1,1677 dólares, alejándose de su reciente máximo de 1,1830. Según Barclays, esta caída se debe a que el dólar se ha vuelto más resistente ante la escalada de tarifas, anticipando posibles prórrogas. Asimismo, el bitcoin ha alcanzado un récord histórico, superando los 120,000 dólares. El petróleo Brent, referencia en Europa, se mantiene estable por encima de los 70 dólares por barril.
“Todas las opciones están sobre la mesa. Sin embargo, a medida que se acerque la fecha límite y sin anunciados acuerdos comerciales con regiones como la UE, la inflación podría repuntar y generar nerviosismo en los mercados”, explican analistas de Renta 4, que también señalan que la campaña de resultados podría enfrentar retos debido a las elevadas valoraciones.
El analista Manuel Pinto plantea una pregunta importante: “¿Estamos frente a otra negociación o esta vez es la definitiva?” Este tira y afloja podría ser preocupante si el presidente no está realmente negociando, pero todos piensan que sí. Con tanta incertidumbre, el próximo plazo podría ser crucial.
En el mercado de deuda, los movimientos son más evidentes en los plazos largos, reflejando la presión fiscal actual. Las tasas de los bonos a 30 años de Francia y Alemania están en niveles no vistos desde 2011.