La dura experiencia de Paula Ormaechea tras la muerte de su padre
Después de que su padre falleciera, Paula Ormaechea, una tenista argentina de 31 años, experimentó un periodo muy difícil en su vida. Se sentía totalmente desolada y su pasión por el tenis quedó en un segundo plano. A pesar de seguir compitiendo en diferentes torneos, su verdadera lucha se libraba fuera de las canchas. Afortunadamente, hoy en día parece haber superado ese período oscuro y está tratando de reintegrarse al circuito de la WTA con un enfoque en disfrutar la experiencia más allá de los resultados.
En una entrevista para Página 12 con el periodista Pablo Amalfitano, Ormaechea compartió su historia y su presente. Aquí algunas de sus palabras más destacadas.
«Viví meses realmente difíciles; parecía que el tiempo no avanzaba. Hubo semanas en las que ni siquiera quería levantarme de la cama. Cuando lo hacía, era por pura obligación; quería esconderme debajo de las cobijas, donde todo era más oscuro».
«En dos años, todo cambió radicalmente en mi vida; experimenté pérdidas que me transformaron, haciéndome más empática y sensible.»
«La meditación fue fundamental para mí. Diez minutos sin ansiedad mientras meditaba ya era un logro. Fue un proceso arduo, pero seguí adelante sin detenerme. Hubo momentos en los que pensé que lo había superado: jugar, ganar partidos, toda una locura. Regresé a Argentina, las cosas parecían ir bien, pero al mudarme de Italia a Estados Unidos, todo se desmoronó de nuevo. Lloraba constantemente. Cuando pisaba la cancha, no quería seguir jugando. ¿Por qué estaba ahí? Ansiedad. Ansiedad. Jugar al tenis solo empeoraba el dolor, lo intensificaba».
Su situación actual
«Ahora estoy en paz y con muchas ganas de volver a competir. Quiero darme la oportunidad de disfrutar nuevamente este deporte, más allá de los objetivos. El tenis es amor para mí. Mi meta es disfrutar del proceso, del día a día. Para mí, es como comenzar de nuevo. Este año, mi regreso significa vivirlo, disfrutarlo y hacerlo por mí misma».
«Mi relación con Santi (Rodríguez Taverna, un tenista profesional de 24 años) es hermosa. Ahora disfruto de algo que antes me causaba sufrimiento. Aprendemos el uno del otro y, en el ámbito del tenis, me encanta su visión: me comprende muy bien y me da excelentes consejos. Estamos construyendo mucho juntos; es la primera vez que salgo con alguien más joven».