Los desafíos que enfrenta la transición a los coches eléctricos
En Europa, a partir de 2035, solo se podrán adquirir coches eléctricos, como parte de las regulaciones adoptadas por la Unión Europea. En Estados Unidos, las nuevas normativas anticontaminación también están orientadas hacia la priorización de vehículos eléctricos o híbridos enchufables. Por lo tanto, se espera que cada vez más consumidores hagan el cambio hacia los coches eléctricos.
Sin embargo, cerca del 30 % de los actuales propietarios de coches eléctricos considerarían regresar a los modelos de gasolina o diésel. Este fenómeno se debe principalmente a la falta de infraestructura y ecosistema adecuados para la total integración de los coches eléctricos en la vida cotidiana, donde aún coexisten los vehículos de combustión interna.
La problemática de la infraestructura de carga
Un estudio realizado por la consultora McKinsey&Co reveló que el 29 % de los compradores de coches eléctricos estaría dispuesto a volver a adquirir un vehículo con motor de combustión. Esta cifra refleja las dificultades que enfrentan los usuarios de coches eléctricos en cuanto a la disponibilidad de puntos de carga, especialmente en áreas de ruta y de alta potencia.

En países como EE.UU y Australia, el porcentaje de propietarios de coches eléctricos que considerarían volver a los modelos de gasolina alcanza el 46 % y 49 % respectivamente. En China, un 28% de los usuarios también mostraría esta preferencia.

Porcentaje de propietarios de coches eléctricos que considerarían regresar a un vehículo de gasolina en los principales mercados del mundo. Fuente: McKinsey & Co.
En Europa, los índices de cambio de vuelta a los vehículos de combustión son menores, como en Alemania, Noruega, Francia e Italia. Estas preferencias pueden estar influenciadas por la infraestructura de carga y las condiciones del mercado de vehículos eléctricos en cada país.
La falta de puntos de carga, especialmente en zonas de ruta, es uno de los principales obstáculos mencionados por los propietarios de coches eléctricos. A esto se suma el costo de mantenimiento, que representa otro motivo significativo para considerar la transición de vuelta a los modelos de gasolina o diésel.
Otro desafío para la adopción masiva de coches eléctricos es la heterogeneidad de la red de carga. Cada cargador pertenece a una empresa o red específica, lo que resulta en diferentes tarifas y requisitos para los usuarios. La falta de homogeneidad en la infraestructura de carga puede ser un factor que contribuye a la retrocesión de algunos propietarios a los vehículos de combustión interna.
En resumen, la transición a los coches eléctricos enfrenta diversos retos relacionados con la infraestructura de carga, el costo de mantenimiento y las preferencias de los consumidores. Para garantizar una mayor aceptación y adopción de los vehículos eléctricos, es fundamental mejorar la infraestructura de carga y reducir las barreras económicas y logísticas asociadas a esta tecnología.