La despedida de Javier Aguirre de Mallorca
. El próximo encuentro será el último de ‘El Vasco’ liderando al equipo rojiblanco. Visitará el Coliseum por última vez y dirá adiós frente a Getafe, poniendo fin a su camino con el equipo de Baleares. En su conferencia de prensa final desde casa, le duele dejar a sus jugadores, «prometo no derrumbarme. Me marcho con esta experiencia».
Todo el equipo y el personal técnico estuvieron presentes en la sala de prensa:
«Los extrañaré. Me marcho con esta experiencia», mencionó.
La semana previa al juego contra Getafe:
«Fue hermosa la semana. Intentaremos dejar en el campo a once luchadores y cerrar bien el ciclo. Yo seguiré siendo profesional hasta el último suspiro, espero estar a la altura. Las múltiples pruebas a este grupo revelaron su compromiso inquebrantable. Cometí muchos errores, pero siempre estuve comprometido. Nastasic, Siebe Van der Heyden y Copete no jugarán».
Su último enfrentamiento en Mallorca será mañana:
«Tras la dura semana que tuvimos contra Las Palmas, Osasuna y Almería, es normal que todos estemos con las emociones al límite. Es increíble lo que hemos conseguido».
Su última semana en Mallorca:
«Cada vez que los veo, lloro. Soy una persona emotiva. No hay nada más gratificante para mí que recibir agradecimientos de jugadores que entrené. Lloro porque tengo sentimientos. Lloro porque me hago mayor y me acuerdo de momentos irrepetibles».
Fue una despedida rápida el jueves:
«Fue precipitada. Pero Silvia me dijo que tenía que ir».
¿Podría ser el último partido con un equipo de fútbol?:
«No lo sé. La energía se va disipando. He recibido propuestas de equipos de fuera de España. No sé cuál será mi decisión. La primera vez que comencé allá por el 96, nunca me imaginé llegar hasta aquí».
¿Entiende la decisión de no renovar su contrato?:
«Lo entiendo y lo respeto. Estoy acostumbrado a hacer las maletas. Quizás si se anunció antes de obtener el mantenimiento, las cosas hubieran sido diferentes. Quien venga después se encontrará una gran familia. Me hicieron feliz».
Aguirre resume su paso por Mallorca con una palabra:
«Afecto».