Montessori y disciplina positiva: centrando al niño en la crianza

Los Nuevos Enfoques en la Crianza

Actualmente, los métodos de crianza han evolucionado hacia formas más respetuosas con los niños. Dos ejemplos de esto son el método Montessori, desarrollado por la pedagoga italiana Maria Montessori a finales del siglo XIX, y la disciplina positiva, basada en la psicología individual del médico y psicoterapeuta austríaco Alfred Adler a principios del siglo XX. Estas teorías se centran en poner al niño en el centro de la educación, promoviendo su autonomía y brindándole un entorno emocional seguro.

Para lograr esto, es necesario que los adultos primero se miren a sí mismos, antes de dirigir su mirada hacia la infancia. Según la psicóloga Marisa Moya, pionera de la disciplina positiva en España, antes de intentar criar a un niño siguiendo estos modelos educativos, es crucial que los adultos se autoanalicen y observen las creencias limitantes que poseen.

En la novela juvenil Konrad o el niño que salió de una lata de conservas, escrita por la autora alemana Christine Nöstlinger en 1975, se aborda la crítica social hacia los métodos educativos tradicionales y se destaca la importancia de cambiar la forma de crianza.

Según Beatriz M. Muñoz, guía Montessori y facilitadora de disciplina positiva, cuando un niño experimenta emociones intensas, como rabietas, necesita la calma de un adulto. Muñoz señala que las dificultades en la crianza surgen de la dificultad de satisfacer las necesidades tanto del niño como del adulto al mismo tiempo.

Conceptos como “ambiente preparado”, “materiales Montessori”, “gestión de emociones” o “apego” han cobrado relevancia con la adopción de estos nuevos enfoques en la crianza. Tanto el método Montessori como la disciplina positiva buscan entender las necesidades de los niños y niñas en cada etapa de su desarrollo.

Sutilmente, Montessori y la disciplina positiva difieren en cuanto al enfoque y aplicación. Mientras que Montessori se centra en aspectos como el niño, el entorno preparado y el adulto guía, la disciplina positiva promueve el respeto y la cooperación.

Enfoques en la crianza

En Montessori, el adulto se convierte en un guía, mientras que en la disciplina positiva es un acompañante en la búsqueda de soluciones. Créditos: Jordi Salas (Getty Images)

En cuanto al rol del adulto, en Montessori se convierte en un guía que facilita el aprendizaje del niño, mientras que en la disciplina positiva es un acompañante en la resolución de problemas. Ambos enfoques buscan promover un ambiente de aprendizaje, apoyo y empatía.


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