Morena: realidad del partido frente a su ideal | Opinión

La Controversia en torno a Morena

En el ámbito mediático, hay una intensa discusión sobre el futuro del partido que llevó a la primera mujer a la Presidencia de México. Aunque muchos simpatizantes y dirigentes están involucrados, el tema es relevante para toda la nación.

Este debate incluye a un grupo que parece ignorar ciertas características fundamentales de Morena. No me refiero solo a que este movimiento tiene un líder fuerte, que actualmente no está presente de manera oficial, sino a las decisiones complicadas que ha tomado.

Andrés Manuel López Obrador dejó el Partido de la Revolución Democrática porque algunos de sus líderes estaban a favor de las reformas de Peña Nieto. Sin embargo, también quería crear un partido donde no tuviera que competir por ideas, tiempos o invitaciones.

Así, el camino hacia 2018 abrió la puerta a personas que antes lo habían criticado. Desde figuras como Germán Martínez hasta Manuel Espino, ambos ex presidentes del PAN. El fracaso de 2006 hizo que valiera la pena incluir a quienes habían luchado contra él.

Desde entonces, llegaron al partido personajes como Eruviel Ávila, Omar Fayad y otros que previamente fueron vistos como adversarios. La agrupación morenista parece abarcar incluso a individuos que votaron por la reforma educativa de Peña y a aquellos relacionados con el sector bancario.

Alfonso Durazo, quien tuvo vínculos con otros partidos, ¿es realmente un obradorista? Junto a él, figuran ministros académicos y otros señalados por plagio. Aunque sus credenciales se discutan, una cosa está clara: el panorama dentro de Morena es atractivo para muchos.

Hasta octubre, el líder de Morena decidía quién se unía al movimiento. Sin embargo, tras la elección de 2018, fue visto socializando más con magnates que con la población desfavorecida.

Esto es Morena en la realidad, no en teoría. El cambio de sexenio intensificó la inclusión indiscriminada de personas con el fin de lograr mayores apoyos legislativos, incluso sumando a clanes políticos como los Yunes.

Aún así, muchos ciudadanos siguen esperando un gobierno que cumpla con la promesa de «primero los pobres» y que ejerza un liderazgo austero y eficaz.

Sin embargo, se vive un momento de incertidumbre, especialmente con el conflicto actual con Estados Unidos. Esto se agrava con luchas internas por candidaturas anticipadas y críticas a las iniciativas de comunicación del gobierno.

Las elecciones en Durango y Veracruz han puesto en duda la idea de que Morena sea invencible, al igual que los bajos números de apoyo en procesos judiciales, marcados por irregularidades y acarreo.

Así, algunos ven una oportunidad para limpiar el partido, esperando que la presidenta Claudia Sheinbaum ejerza una autoridad real. Sin embargo, es posible que lo que se necesite realmente sea un enfoque de moderación en lugar de una purga radical.

La base de obradorismo se sustenta en acuerdos hechos por AMLO a lo largo de los años. Muchos se preguntan cómo será la dinámica entre los aliados y los adversarios dentro del propio partido.

En conclusión, la Nueva era de Morena enfrenta un desafío de cohesión y efectividad. Con figuras entremezcladas, su futuro dependerá de la capacidad de un liderazgo firme para mantener la unidad y atender las necesidades del pueblo.

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