¿Podría ser el Golf? ¿O el T-Roc? Si preguntáramos cuál es el coche más vendido de Volkswagen, esos dos modelos saldrían en muchas respuestas. Pero ni uno ni otro: se trata del Tiguan, su todoterreno mediano. Y no desde ayer: ostenta ese liderazgo desde 2017. Así que su tercera generación, ya a la venta desde 39.180 euros (sin promociones o descuentos), asume una responsabilidad que no es pequeña.
Muy aerodinámico
El nuevo modelo crece tres cm, hasta los 4,54 metros de largo, pero casi no cambia en anchura o altura. El salto estético es muy grande, evolucionando hacia formas mucho más onduladas -en la línea del Passat o de los eléctricos ID- y, esto es importante, aerodinámicas: el Cx baja de 0,33 a 0,28, una mejora muy substancial. Otros detalles: las llantas, de hasta 20 pulgadas, y los faros matriciales Matrix HD, cada uno con 19.200 píxeles que se encienden o apagan para iluminar mejor la carretera y no deslumbrar al resto de conductores.
El interior está protagonizado por dos pantallas separadas, al contrario de la actual tendencia. Frente al volante, una de 10,25 pulgadas con amplias posibilidades de configuración, mientras que para el infoentretenimiento sobra con la de 12,9 pulgadas, si bien hay otra de 15 más espectacular o ‘apetecible’. El elenco de pantallas se completa con el Head-up Display de realidad aumentada y otra en la pequeña rueda que permite modificar los modos de conducción o los colores para el habitáculo.
Maletero: hasta 652 litros
Nos han gustado mucho las butacas delanteras Ergo Active, con masaje, calefacción, ventilación y regulación eléctrica. Detrás, hay un gran espacio y podemos desplazar la banqueta hasta 16 cm. Si la adelantamos al máximo, el maletero llega a los 652 litros. O 490 litros si es una de las versiones híbridas enchufables (PHEV).