Para salvar vidas durante las olas de calor, enfoque en el funcionamiento del cuerpo humano

Se estima que cerca de 110,000 muertes relacionadas con el calor ocurrieron en Europa durante el verano de 2022 y 20231. Esto es aproximadamente el mismo número de personas que si un avión jumbo lleno se estrellara cada día durante 16 semanas. Al mismo tiempo, muchos efectos del calor están afectando la vida de las personas. Las altas temperaturas agravan los problemas de salud mental2, aumentan la posibilidad de violencia3 y hacen que las mujeres embarazadas tengan más probabilidades de tener partos prematuros4. En las aulas, el calor perjudica la capacidad de aprendizaje de los niños5.

Los problemas de calor en aumento

Se espera que estos problemas empeoren significativamente. Sin una mejor adaptación, se prevé que las muertes por calor aumenten un 3.7 veces para mediados de siglo si las temperaturas globales alcanzan 2 °C por encima de los niveles preindustriales6. (En 2024, la temperatura global promedio superó 1.5 °C por primera vez.) Además, el estrés por calor en el trabajo se prevé que cueste a la economía global 2.4 billones de dólares anuales en productividad perdida para 2030.

¿Cuánto calor es demasiado?

La mayoría de las personas pueden tolerar temperaturas corporales de hasta aproximadamente 39 °C. Si la temperatura del cuerpo supera este valor, aumenta el riesgo de agotamiento por calor, presentando síntomas como náuseas, mareos y vómitos. A temperaturas superiores a 40 °C, puede producirse un golpe de calor, donde el aumento de la permeabilidad intestinal permite que moléculas tóxicas pasen al torrente sanguíneo, provocando reacciones inflamatorias que pueden llevar al fallo multiorgánico y, en última instancia, a la muerte4.

Un enfoque basado en la fisiología

Cuando se espera que las temperaturas superen ciertos límites, se emiten advertencias para preparar los sistemas de salud y energía ante olas de calor1. Sin embargo, estas alertas son limitadas por la calidad de los datos disponibles sobre muertes y enfermedades relacionadas con el calor10, y no permiten adaptar medidas protectoras para grupos de mayor riesgo. En lugar de centrarse solo en la temperatura del aire, un enfoque basado en la fisiología podría integrar múltiples parámetros para estimar el ‘riesgo de salud por calor’ de una persona.

Implementación de herramientas efectivas

Los modelos necesarios para este enfoque ya están disponibles. Hemos desarrollado una herramienta en línea llamada HeatWatch que permite a las personas crear perfiles personales ingresando su edad, condiciones de salud asociadas y acceso a aire acondicionado. Luego, proporciona un pronóstico de riesgo de salud por calor para los próximos siete días, junto con consejos personalizados para mantenerse fresco.

Con el tiempo, planeamos crear una interfaz similar a los tableros que mostraban la evolución de los riesgos de infección durante la pandemia de COVID-19. Esta interfaz podría ayudar a gobiernos y organizaciones de salud pública a anticipar cuándo y dónde ciertos grupos enfrentan mayores riesgos relacionados con el calor, facilitando medidas de respuesta más eficaces y dirigidas.

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