Factores de riesgo de demencia que se pueden evitar para reducir el riesgo
Uno de los efectos secundarios del aumento de la esperanza de vida es el incremento de las demencias, enfermedades neurodegenerativas asociadas al envejecimiento. La comunidad científica estima que para 2050, el número de personas con demencia casi se triplicará, pasando de 57 millones en 2019 a 153 millones en tres décadas. Sin embargo, se puede reducir este riesgo al eliminar ciertos factores de riesgo evitables.
La edad y la genética son factores principales de riesgo para la demencia, pero hay otros que se pueden modificar. La Comisión Lancet en demencias ha identificado 14 factores de riesgo evitables que están relacionados con el desarrollo de estas enfermedades y que, si se eliminan, podrían prevenir casi la mitad de los casos de demencia.
Entre estos factores de riesgo se encuentran el colesterol alto, la pérdida visual no tratada, el menor nivel educativo, la pérdida auditiva, la depresión, los traumatismos craneales, el tabaquismo, la inactividad física, la diabetes, la hipertensión, la obesidad, el consumo excesivo de alcohol, el aislamiento social y la contaminación del aire. Todos estos factores están asociados de alguna manera con un mayor riesgo de demencia.
A pesar de que cambiar estos hábitos de vida puede ser difícil, es importante destacar que el potencial de prevención es alto. Reducir los factores de riesgo desde una etapa temprana y mantenerlos bajos durante el mayor tiempo posible puede ayudar a prevenir la demencia. Nunca es tarde para empezar a reducir estos riesgos y cuidar nuestra salud cerebral.
Además de estos 14 factores, la comisión científica ha analizado otros posibles factores de riesgo que por el momento no cuentan con evidencia sólida que los respalde. Es fundamental tener en cuenta que, si bien es importante adoptar un estilo de vida saludable, la determinación de desarrollar demencia puede depender de muchos otros factores que a menudo están fuera de nuestro control.
En resumen, adoptar hábitos de vida saludables, como mantenerse activo cognitiva, física y socialmente, controlar los niveles de colesterol y de presión arterial, y preservar una dieta equilibrada, puede contribuir significativamente a reducir el riesgo de demencia en el futuro.
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