Revisando el modelo productivo | Emprendimiento y negocios

Transformación del Modelo Productivo en España

La evolución del sistema productivo es un tema recurrente en la conversación económica de España. En comparación con los países vecinos de la Unión Europea, el crecimiento ha sido inestable, la productividad baja y el desempleo alto, lo que genera dudas sobre la base de nuestra economía y su prosperidad.

En los últimos tiempos, la intención de modificar este panorama ha sido impulsada por la llegada de fondos europeos. Se han observado algunas mejoras que sugieren un cambio en el modelo. A pesar de esto, sigue siendo necesario continuar con la transformación.

Una de las principales mejoras es la diversificación de los sectores productivos, lo cual reduce la dependencia en áreas como la construcción y el turismo. Para una economía como la española, contar con diversos sectores competitivos es beneficioso. La respuesta positiva de servicios no turísticos, el crecimiento de las energías renovables y la resistencia relativa de la industria en comparación con otros países europeos proporcionan una mayor solidez ante posibles crisis. Además, el crecimiento actual es más robusto, basado en un superávit externo sólido y no en burbujas financieras o empresas poco viables que sobreviven con créditos baratos. El mercado laboral parece funcionar de manera más estable, similar al resto de Europa, aunque el desempleo persiste como un problema estructural.

A pesar de estos avances, la característica principal del modelo productivo sigue siendo la misma: el crecimiento se basa mayoritariamente en la incorporación de mano de obra, con un impacto residual en la productividad. El modelo aditivo persiste, siendo evidente en la llegada de más de medio millón de trabajadores extranjeros en los últimos años.

Los últimos datos muestran que, aunque la inversión productiva ha aumentado en los últimos tiempos, sigue por debajo de niveles anteriores a la pandemia. Desde 2015, la inversión ha crecido solo un 9%, menos que otros componentes del PIB y que en otros países europeos como Suecia, que han experimentado un crecimiento del 27% en el mismo periodo.

Las empresas en España tienen excedentes que no están siendo utilizados para aumentar su capacidad productiva. A pesar de un incremento en la renta disponible de las corporaciones, estas no han invertido tanto como podrían, prefiriendo reducir deudas o acumular activos financieros. Esto contrasta con países como Suecia, donde las empresas invierten más que lo que generan y recurren a financiamiento externo en lugar de acumular activos.

El ahorro financiero disponible parece estar disminuyendo, según los datos del primer trimestre. Las deudas han bajado a niveles mínimos, lo que incentiva a las corporaciones a invertir en lugar de seguir pagando préstamos. La posible disminución de las tasas de interés aceleraría este proceso, impulsando la inversión. Además, el aumento en la demanda de crédito detectado por el Banco de España es otra señal positiva. Sin embargo, por el momento, no se observa un cambio significativo en el modelo productivo ni un avance significativo gracias a los fondos europeos.

Inversión

De acuerdo con las cuentas financieras del primer trimestre de este año, las corporaciones tenían un ahorro equivalente al 3,6% del PIB. Parte de este excedente se destinó a incrementar la inversión, aunque la mayor parte se utilizó para reducir deudas o acumular activos financieros. Entre los activos más demandados se encuentran el efectivo y los depósitos.

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