Scottie Scheffler Brilla en el PGA Championship
Un solo golpe fue suficiente para que Scottie Scheffler hiciera estallar de alegría al Quail Hollow Club el sábado. Este impresionante momento también sacudió a Bryson DeChambeau y le dio al PGA Championship ese toque especial que le faltaba.
Cuando Scheffler se ubicó en el tee del hoyo 14, a 304 yardas del hoyo, pensó que podría no llegar debido al viento soplando en contra de su golpe favorito. Sin embargo, logró un tiro casi perfecto; la bola aterrizó en el green, a sólo un metro del agujero.
Este eagle lo colocó en la cima de la clasificación y desató una espectacular recta final en la que jugó 5 bajo par en los últimos cinco hoyos. Con una tarjeta de 65 (-6) y una ventaja de tres golpes, Scheffler se acercaba a conquistar su tercer torneo grande.
«Hice el golpe», comentó Scheffler. «¿Pensaba que había pegado a dos pies del hoyo? Bueno, hay un poco de suerte en eso cuando estás a 300 yardas. Pero en general, realicé el tiro como quería».
Scheffler realizó muchos golpes destacados en la última hora, dejando a otros competidores a la sombra del jugador número 1 del mundo.
Jon Rahm intentó acercarse con tres birdies consecutivos. Bryson DeChambeau lideró temporalmente hasta que su tiro en el par 3 del hoyo 17 cayó al agua. Mientras intentaba salvar un bogey desde 7 metros, un fuerte grito del otro lado del lago, cerca del green del 14, lo distrajo. Era, por supuesto, Scheffler.
El jugador número 1 del mundo convirtió un déficit de tres golpes en una ventaja de tres sobre Alex Noren (66), quien la semana pasada regresó tras una larga lesión y ahora tiene la oportunidad de jugar en el grupo final de un major.
Rahm se encontraba cinco golpes detrás, mientras que DeChambeau estaba a seis. Pensaron que podrían estar más cerca, pero Scheffler no se conformó y buscó cerrar con fuerza, logrando dos birdies llenos de emoción.
Terminó con un hierro 8 desde una distancia considerable, dejando su bola a menos de 10 pies del agujero para birdie en el 18. Scheffler levantó el puño con entusiasmo y exclamó: «¡Yeah, baby!»
«Generalmente no muestro mucha emoción. No estoy seguro de cuánta mostré allí. No suelo pensar en lo que estoy haciendo», explicó Scheffler. «Sentí que hice dos buenos golpes, y aproveché la oportunidad».
«Independientemente de la fuente de emoción, siento que es una parte importante de la ronda para terminar bien».