La Frustración de Trump con Jerome Powell
Es comprensible que alguien como Donald Trump, quien ha alcanzado gran parte de su fama y riqueza por la célebre frase “¡estás despedido!”, se sienta frustrado por no poder despedir a un empleado que no le satisface. Ese empleado es Jerome Powell, el presidente de la Reserva Federal (Fed), a quien Trump ha querido destituir debido a su negativa a reducir los tipos de interés.
El presidente de Estados Unidos ha intentado de todo: desde insultos (“mula testaruda”, “tonto”, “cabeza hueca”), hasta apodos como Señor Demasiado Tarde. También ha insinuado irregularidades en los costos de renovación de la sede del banco central en Washington o incluso ha acusado a Powell de “destrozar” el país. Pero, a pesar de sus esfuerzos, Powell se mantiene firme en su puesto.
Esta semana, Trump se reunió con un grupo de congresistas para explorar la idea de despedir a Powell. Al día siguiente, declaró a los medios que era “muy improbable” que esto fuera a suceder, “salvo que exista fraude”. No está claro si hablaba en serio o simplemente estaba jugando a distraer la atención.
Legalmente, Trump no puede despedir a Powell, quien dejará su puesto en mayo del próximo año. Sin embargo, la mera insinuación de un despido provocó caídas en el dólar y en el mercado de valores, ya que los inversores temen que un nuevo líder en la Fed, que apoye a Trump, podría llevar a una mayor inflación.
Trump, expresando su deseo de una reducción de tres puntos en los tipos de interés (actualmente entre el 4,25% y el 4,50%), enfrenta una fuerte oposición. Economistas y expertos alertan que una reducción drástica como la que propone podría tener graves repercusiones económicas a nivel mundial.
A pesar de la tensión entre Trump y Powell, este último ha recibido el apoyo de importantes bancos y tiene un historial que respalda su posición. Powell, designado por Trump en 2017, ha hecho frente a varios desafíos económicos y se ha mostrado comprometido a mantener la independencia de la Fed.
Independencia y Desafíos
En Washington, hay consenso entre economistas de distintos partidos que Powell será recordado como un buen presidente de la Fed. Aunque tardó en reaccionar a la inflación causada por la pandemia, logró un “aterrizaje suave” para la economía estadounidense. Natalie Baker, economista en el Center for American Progress, señala que Powell ha respetado la tradición de independencia del banco central. Ir en contra de esta independencia podría debilitar la capacidad de la Fed para enfrentar futuras crisis.
A pesar de la presión constante, Powell sigue trabajando para mantener la economía estadounidense en buen estado. Trump ha atacado a la Fed sin pruebas, sugiriendo que sus decisiones de tipos han beneficiado a los demócratas. Mientras tanto, los ataques de Trump se centran en los costos de renovación de la sede de la Fed, donde las obras han enfrentado críticas.
La controversia sobre los presupuestos de renovación ha sido un punto de fricción, con Trump acusando a Powell de malgastar fondos, a pesar de que en un momento fue él mismo quien solicitó ciertos materiales para la renovación. En este contexto, Powell ha defendido sus decisiones y ha argumentado que los costos elevados son resultado de circunstancias imprevistas.
Por ahora, Trump y su equipo han comenzado a hablar sobre posible candidatos para reemplazar a Powell, lo que podría aumentar la presión sobre la Fed. No obstante, un cambio en la presidencia no necesariamente significaría un control total sobre la política monetaria, ya que la mayoría de decisiones serían tomadas por un comité donde Powell podría seguir siendo miembro hasta 2028.