La pandemia de COVID-19 trajo un gran aumento en el número de pacientes que llegaban a los centros de salud cada día. A cinco años de ese evento, las clínicas continúan sin el personal necesario para atender a tantos enfermos. Nicola Ucci, un médico que trabajó en una clínica de Cento, en Ferrara, compartió su experiencia en una entrevista con el Corriere di Bologna.
Ucci mencionó que atendió a más de 1.800 pacientes entre 2017 y 2023. Lo ideal es que un médico de cabecera tenga entre 1.000 y 1.200 pacientes, aunque algunos llegan a tener más de 1.500, lo cual no es recomendable. Ucci tuvo que manejar 600 pacientes adicionales de lo que se considera aceptable.
No hay suficientes médicos
“Por la escasez de médicos de cabecera, terminé atendiendo a 1.800 pacientes”, explica Ucci. Sin embargo, esto no era así antes. Durante la pandemia, el número de médicos disponibles en las clínicas no era suficiente. En 2023, cuando Ucci terminó su contrato en Cento, el número de pacientes que recibían seguía siendo similar al de 2020.
Su carrera como médico comenzó en un puesto de emergencias. Un día, escuchó que los médicos generales ganaban bien y trabajaban poco. Pensó que estos profesionales tenían los fines de semana libres, lo que lo llevó a intentar convertirse en médico.
Un rumor falso sobre los médicos
Sin embargo, el trabajo como médico no era como él había imaginado. “Me di cuenta de que todo era un mito. Si no, ¿por qué alguien dejaría una gran oportunidad?” Ucci contó que trabajaba todas las semanas, incluso los fines de semana, durante diez horas diarias. Cuando llegaba a casa a medianoche, a menudo continuaba trabajando en la computadora.
Ucci es padre de dos adolescentes y asegura que durante su tiempo como médico de cabecera no pudo disfrutar de sus hijos. Los pocos momentos libres que tenía los dedicaba a terminar tareas en el ordenador, así que, aunque estaba en casa, no podía prestarles la atención que merecían.
Las visitas a pacientes solo las realizaba los fines de semana, los únicos días que podía. Ucci afirma que este ritmo de trabajo no es sostenible para nadie. Aunque el cuerpo y la mente pueden aguantar un tiempo, prolongarlo puede llevar a un agotamiento extremo.
Decidió dejar su puesto de trabajo
En 2023, finalizó su contrato en la clínica de Cento. Luego, se registró en las listas regionales. Trabajó un tiempo en la Autoridad Sanitaria Local de Módena en emergencias y después en una residencia de ancianos.
Tampoco permaneció mucho tiempo allí y optó por trabajar como médico de urgencias en la Autoridad Sanitaria de Bolonia, en el sur de la ciudad. “Estoy en los centros de emergencias de Bazzano, Porretta, Terme y Loiano. Soy médico de urgencias”.
En este nuevo cargo, Ucci disfruta de tres o cuatro días libres a la semana gracias a su experiencia. Ahora puede desconectar del trabajo completamente y pasar tiempo de calidad con sus hijos, evitando el estrés que experimentaba antes. “Ahora, cuando tengo tiempo libre, lo disfruto de verdad”, dice Ucci.
El actual médico de urgencias admite que extraña a sus antiguos pacientes, ya que la cercanía entre el médico y el paciente también forma parte de la atención. “El trabajo de médico de cabecera se ha vuelto sumamente complicado”, concluye Ucci.
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