Noticias sobre Tadej Pogacar en el Tour de Francia
Antes y después de los festejos, de bañarse en una de las fuentes de la plaza Masséna, Tadej Pogacar pasó por la rueda de prensa oficial del Tour, la que cada año despide la carrera. Habló de su preparación, de sus rivales, de Pantani, de sus récords y del Galibier, la etapa en la que sintió que podía reconquistar la Grande Boucle. Y el esloveno también habló del dopaje, la sombra que nunca abandonará al ciclismo.
Lo hizo con tranquilidad y con argumentos cuando le cuestionaron si entendía las dudas que podían despertar sus exhibiciones, sus seis triunfos de etapa, su doblete Giro-Tour, sus casi siete minutos de diferencia con Vingegaard en la general. «Siempre habrá dudas. Porque el ciclismo se ha visto muy dañado en el pasado, antes de mi época», admitió el del UAE Emirates, que asumió que «siempre hay envidias, personas en contra y enemigos con los que ganan, en cualquier deporte o situación de la vida. Y en el ciclismo también es así».
«La UCI invierte mucho dinero para asegurarse que este deporte se mantenga limpio y creo que es de los más limpios del mundo por lo que sucedió hace muchos años. Se abusó en el pasado. Pero no merece la pena tomarse nada que pueda ir en contra de tu salud. Es estúpido hacerlo. A lo mejor puedes seguir hasta los 36 en el ciclismo, pero la vida es muy larga. Es estúpido arriesgar tu vida por una carrera. Esto es un juego, pero la vida no es todo eso. Lo importante es mantenerse en buena salud. Ya nos estamos empujando al límite [físico] y no hay que seguir ejerciendo presión sobre la máquina», explicó con detenimiento Pogacar.
Tadej dijo que sí, que aunque no lo pareciera, estaba «superagotado» y que aunque escucha hablar mucho sobre ir a la Vuelta, «me sale por el otro oído». Porque ahora le toca descansar y su siguiente gran objetivo es «ser campeón del mundo».
Tampoco estará en la ronda española Jonas Vingegaard, que un momento antes, en la misma silla que su rival, explicó lo que había supuesto para él este Tour. «El resultado puede ser más extraordinario que ganar en circunstancias normales. Es posible que en unas semanas esté más orgulloso de este segundo puesto que de las victorias anteriores», pronunció, recordando que su preparación había distado de ser «ideal» tras la caída en la Itzulia. «Ocho días en la UCI, 12 en el hospital… Se pierde mucho, no me dejaban salir de la cama. Me hace pensar que el año que viene lo puedo hacer mucho mejor», se animó.